Redacción, 17 feb (elmundo.cr) – El niño nigeriano Hope, de dos años, vive en las calles, sus padres lo abandonaron pues lo consideran una especie de brujo.
Desde hace 8 meses ha vivido en los márgenes de un camino rural, alimentándose de los restos que le tiraban los transeúntes.
El pasado 31 de enero fue encontrado por la voluntaria danesa Anja Ringgren Loven, mientras hacía un recorrido por la zona.
Hope se encontraba desnutrido y apenas respiraba, extendió sus manos hacia ella pidiendo comida. Anja le dio agua de su botella y unas galletas.
La voluntaria decidió llevarlo a un hospital cercano, donde fue tratado de sus heridas y de su estado de deshidratación y desnutrición.
Anja ha creado una ONG llamada African Children’s Aid Education and Development Foundation, que se encarga de ayudar a niños que han sido apartados por sus familias por temas como la brujería, alguna minusvalía o por pura superstición.
“Hemos visto niños muertos y niños muy asustados”, comentó Anja en su página de Facebook, en la que también ha publicado imágenes de su encuentro con Hope.
Actualmente Hope se recupera de su estado y ya puede alimentarse solo, e incluso es capaz de jugar con el hijo de la voluntaria.