La Paz, 25 oct (VOA) – Manifestantes bloqueaban el viernes algunas calles de La Paz para pedir una auditoría de los resultados de una elección que otorgó un cuarto mandato consecutivo al presidente Evo Morales, sin necesidad de una segunda vuelta, y que la oposición considera un fraude.
Las protestas comenzaron desde el domingo, cuando se suspendió un recuento oficial de votos por casi 24 horas, mientras Morales, de 59 años, aseguraba que su Movimiento al Socialismo (MAS) obtendría un triunfo en primera vuelta, pese a que los datos iniciales apuntaban a que se necesitaría un balotaje en diciembre.
“Tiene que haber una segunda vuelta (…) el árbitro electoral lamentablemente no es confiable”, dijo el viernes Marco Antonio Fuentes, asambleísta departamental en La Paz, al referirse a la súbita interrupción de datos el domingo que generó las dudas sobre el resultado.
Cuatro días después de las elecciones generales en Bolivia, el cómputo oficial con el 99,99% de los votos escrutados, dio como ganador al presidente Evo Morales con una ventaja de poco más de 10 puntos, lo que descartó una segunda vuelta electoral.
Según el Tribunal Supremo Electoral, Morales obtuvo el 47,07% de los votos y su principal opositor, Carlos Mesa, el 36,51%.
El Tribunal informó también que se repetirá la votación presidencial en cinco mesas de la región amazónica del Beni por irregularidades, pero esto no cambiaría el resultado final por tratarse solamente de unos 500 votos.
“Ya está bien, hemos ganado, la primera vuelta, no hay segunda vuelta, que se respete la Constitución”, dijo Evo Morales.
Los resultados fueron anunciados en un momento de convulsión social en Bolivia en el que opositores y plataformas ciudadanas denuncian un fraude electoral y exigen la celebración de una segunda vuelta. Morales celebró su triunfo y criticó a Carlos Mesa.
“En este momento puedo enumerar cuánto ha robado Carlos Mesa, todo el pueblo boliviano sabía que era cobarde, ahora se ha demostrado que no solo era cobarde sino delincuente”, declaró el presidente.
Mesa se refirió a esta situación como una grosera manipulación del resultado y pidió a la población salir a defender la democracia.
“No nos desanimemos (…) estamos en una lucha democrática, tenemos la verdad y la justicia en nuestras manos”, dijo Mesa.
Anteriormente, la OEA, la Unión Europea y los gobiernos de Estados Unidos, Argentina, Brasil y Colombia se pronunciaron a favor de una vuelta electoral en Bolivia para recuperar la credibilidad del proceso electoral.
La OEA accedió a hacer una auditoría de las elecciones bolivianas y en una sesión el jueves del organismo hemisférico, su secretario general, Luis Almagro, llamó “a evitar la confrontación y esperar los resultados de la auditoría en paz”.
Asimismo, el equipo de observadores oficiales del organismo regional había recomendado ese mismo día que Bolivia convoque una segunda vuelta después de la interrupción inesperada del conteo de votos y el cambio repentino de tendencia en favor de Morales, lo que provocó una airada reacción del mandatario.
El canciller boliviano, Diego Pary, dijo a reporteros en Washington que el gobierno de Morales estaba dispuesto a reconocer los resultados de la auditoría de la OEA y que está trabajando en un acuerdo con la Secretaria General del organismo para llevar a cabo el proceso.
El viernes por la mañana se reportaba el cierre de algunas vías en el norte y sur de La Paz, pero sin incidentes violentos hasta el momento, según testigos Reuters.
El director de la Unidad Operativa de Tránsito de La Paz, Abel Claros, dijo que la ciudad amaneció con bloqueos concentrados fundamentalmente en la zona sur, en protesta por los resultados de las elecciones generales. “En la zona central, la situación es casi normal”, afirmó a periodistas.
El recuento de votos, prácticamente finalizado, mostró en la noche del jueves que Morales obtuvo el 47,07% de los votos con el 99,99% de los votos contados, frente al 36,51% de Mesa.