Ginebra, 5 oct (NoticiasONU) – La recuperación del sector educativo tras la pandemia de COVID-19 necesita una mayor inversión en el bienestar, la formación, el desarrollo profesional y las condiciones de trabajo de los 71 millones de educadores que hay en el mundo, afirmaron este martes los responsables de los organismos de la ONU durante la conmemoración del Día Mundial de los Docentes.
“Hoy celebramos la excepcional dedicación y el valor de todos los docentes, así como su capacidad de adaptación e innovación en condiciones muy difíciles e inciertas”, afirmaron en una declaración conjunta la directora de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Audrey Azoulay, la directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Henrietta Fore, el máximo responsable de la Organización Internacional del Trabajo, Guy Ryder, y el dirigente de la Internacional de la Educación, David Edwards.
Dar voz a los profesores
El Día Mundial de los Docentes, que se celebra anualmente el 5 de octubre, ofrece la oportunidad de pedir a los gobiernos y a la comunidad internacional que presten atención a los docentes y a sus problemas, y que compartan respuestas políticas eficaces y prometedoras.
“Son agentes esenciales en los esfuerzos mundiales de recuperación de la educación y resultan fundamentales para acelerar el progreso hacia una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todos los alumnos, en cualquier circunstancia”, prosigue la declaración.
Pero no solo eso, también prestan apoyo socioemocional a sus alumnos, especialmente los más vulnerables y a los que corren más riesgo de quedarse atrás, los profesores siempre han estado en el centro de la respuesta educativa a la crisis de COVID-19.
“Ha llegado el momento de reconocer el papel excepcional que desempeñan los docentes y de empoderarlos mediante la formación, el perfeccionamiento profesional, el apoyo y las condiciones de trabajo que necesitan para utilizar su talento”, argumentaron.
Al mismo tiempo, destacaron que la recuperación del sector educativo pasa por factores como garantizarles su bienestar, remunerarlos adecuadamente, vacunándoles al igual que otros trabajadores esenciales y proporcionándoles seguridad.
“La recuperación de la educación se hará realidad si se lleva a cabo mano a mano con los docentes, dándoles voz y espacio para participar en la adopción de decisiones y respetando sus conocimientos pedagógicos y su experiencia al reimaginar la salida de la crisis y construir sistemas educativos más resistentes”, afirmaron.
Desafíos constantes
Hasta el 27 de septiembre, las escuelas han reabierto totalmente en 124 países, parcialmente en otros 44, y han permanecido totalmente cerradas en 16.
Estas cifras ponen de manifiesto la necesidad de prestar atención a la salud y el bienestar de los docentes en el momento de la reapertura de las escuelas, así como de continuar con el desarrollo profesional para integrar y desplegar con éxito la tecnología educativa.
Según una evaluación de la UNESCO, el 71% de los países priorizaron de algún modo la vacunación de los profesores, pero sólo 19 los incluyeron en la primera ronda de inoculaciones, mientras que otras 59 naciones no les dieron ningún tipo de preferencia en sus planes de distribución de la vacuna.
Por ello, es necesario dedicar un mayor esfuerzo en apoyo de los profesores cuando la enseñanza a distancia e híbrida sigue siendo necesaria.
Situar a los profesores en el centro de la recuperación de la educación -el objetivo de este año- exigirá aumentar el tamaño de la plantilla. Por ejemplo, en el África Subsahariana se necesitan 15 millones más de profesores para alcanzar los objetivos relativos a la educación en 2030.
La pandemia de COVID-19 puede empeorar las cifras regionales
Por su parte, la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe recordó que para el año 2020 todavía el 5,5% de la población joven y adulta era analfabeta, un porcentaje que crece al 17,3% contando a la población mayor de 65 años. Además, se estima que cerca del 20% de la población de 25 años y más no culminó la educación primaria, según una estimación realizada sobre datos de 13 países que disponen de información durante los años 2019 o 2020.
“Estas cifras corren el riesgo de incrementarse dada la irrupción de la pandemia de la COVID-19 en la oferta educativa. Estos desafíos se exacerban al tener en cuenta las brechas digitales en la región, y las condiciones de pobreza que, entre otras consecuencias, han llevado a jóvenes y adultos a primar la búsqueda de ingresos sobre su educación”, recordaron.
Con motivo de la celebración el fondo mundial de las Naciones Unidas para la educación en situaciones de emergencia y crisis prolongadas, conocido como La Educación No Puede Esperar, lanzó su informe anual de resultados donde destacó que entre 2017 y 2020 apoyó a 150.000 docentes y a más de 4,6 millones de niños con educación de calidad en más de 30 países que sufren las peores crisis humanitarias en el mundo.