Quito, 9 oct (VOA) – El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, afirmó el martes por la noche que no ha pensado renunciar a su cargo a pesar de las duras protestas indígenas y bloqueos de calles y carreteras que tienen a buena parte del país virtualmente paralizado.
En un mensaje por radio y televisión, Moreno anunció además que ha comenzado un diálogo con unas 60 agrupaciones indígenas que rechazan la importante alza en el precio de los combustibles decretada la semana pasada.
Dijo que ya se está conversando con los diferentes grupos indígenas que reclaman al régimen y destacó que las universidades, la Conferencia Episcopal y la Organización de Naciones Unidas están ayudando en los diálogos.
Consultado sobre si debía renunciar debido a las protestas, Moreno respondió: “No, bajo ninguna circunstancia, y no veo por qué tendría que hacerlo si estoy tomando las decisiones correctas”.
Sobre un paro nacional convocado para este miércoles por varios sectores sociales el mandatario volvió a plantear diálogo. “Un mensaje de paz y de mano extendida para los hermanos indígenas para el diálogo, los consensos”.
Sin embargo, recalcó que no conversará con los que se “robaron la patria, con los deshonestos”.
Moreno ha insistido en que no es posible derogar el decreto con el que eliminó el subsidio a la gasolina extra y al diésel, “bajo ninguna circunstancia”.
Los indígenas, que lideran las protestas contra las medidas dictadas por Moreno, exigen la derogatoria del decreto. “No se tiene que subsidiar a los más ricos en desmedro de los más pobres. Las medidas fueron pensadas para los más pobres”, aseguró el jefe de Estado.
Según el presidente, las medidas tomadas por el Ejecutivo, como el estado de excepción y la restricción de movilidad en determinado horario han ayudado a frenar las protestas. Indicó que, hasta el momento, hay unos 700 detenidos y que la mayoría de los capturados están involucrados a el asalto a la Contraloría.
Miles de indígenas fueron desalojados el martes de un parque del centro norte de Quito, donde se concentraban en rechazo a la elevación del precio de los combustibles, y desde donde habían partido parta tomar momentáneamente las instalaciones de la Asamblea.
La policía utilizó gases lacrimógenos para desalojar a los manifestantes, muchos de los cuales se refugiaron en las instalaciones de la Casa de la Cultura.
Poco después, Moreno decretó un toque de queda en varios lugares del país que estuvo vigente desde las ocho de la noche del martes y las cinco de la mañana de este miércoles.
En un decreto, Moreno indicó que la medida estará vigente en los alrededores de instalaciones estratégicas y de edificios de funciones del Estado mientras dure el estado de excepción vigente.
El estado de excepción durará hasta principios de noviembre por el momento. La medida restringe los derechos ciudadanos y permite al Estado efectuar requisiciones si lo considera necesario.