Bakú (Azerbaiyán), 19 nov (dpa) – Un joven alemán de 30 años recorrió en bicicleta durante 110 días la distancia entre la ciudad alemana de Freiburg, donde vive, hasta Bakú, la capital de Azerbaiyán, donde se celebra la Conferencia sobre el Cambio Climático (COP29) de la ONU.
“No pinché una rueda en 5.000 kilómetros”, comentó a dpa Ingwar Perovanovitsch, que partió a fines de julio desde Freiburg, la ciudad en la que vive, en el sur de Alemania.
Como periodista independiente, este apasionado del ciclismo acompañó su viaje con una columna en un periódico, publicaciones en las redes sociales y una película.
Esto incluso llamó la atención de los políticos azerbaiyanos, que le concedieron una exención para entrar en el país a través de un contacto de WhatsApp. Las fronteras de Azerbaiyán suelen estar cerradas. “Estaba en Georgia, y volar los últimos 500 kilómetros hasta Bakú me habría parecido mal. En otras palabras, fue un día decisivo”, apuntó.
Con su viaje, el joven periodista quiere inspirar a la gente para que use más la bicicleta y llamar la atención sobre cambios positivos relacionados con el transporte. “La bicicleta tiene el potencial de resolver casi todos los problemas ecológicos que presentan las ciudades. ¿Qué tecnología ofrece eso?”, señaló Perovanovich.
Indicó que, hasta ahora, esto a menudo se ha ignorado porque muchas cosas relacionadas con el estilo de vida deberían cambiar si se rediseñaran las carreteras en favor de las bicicletas. “Pero creo que la bicicleta es un factor climático subestimado”, opinó.
Desde Alemania, el ciclista de 30 años pasó por el Tirol del Sur e Italia, donde avanzó por carriles para bicicletas de larga distancia. Después, en Eslovenia, los Balcanes y, por último, Turquía y Georgia, donde tuvo que planificar más las rutas.
A cambio, Perovanovich encontró allí mucha hospitalidad, ya que no paraban de llegarle invitaciones a tomar el té o incluso a pasar la noche. “En Alemania se habla mucho del fin del mundo en estos momentos”, afirmó. Pero a pesar de todas las crisis, su mensaje es que si se deja de lado “toda la política, la gente es realmente cordial, incluso con los extraños”.
En Bakú, sin embargo, este joven dejará de lado la bicicleta, ya que allí los carriles para bicicleta son una rareza. Viajará de regreso a su hogar en tren y autobús, si es que puede enviar a casa su bicicleta hecha a base bambú.