Instituto Max Planck descubre cómo reviven gusanos congelados 46.000 años

Dresde (Alemania), 28 jul (dpa) – Algunos nematodos, una especie de gusanos, pueden sobrevivir 46.000 años en el permafrost y volver a reproducirse, según descubrió un equipo dirigido por Teymuras Kurzchalia, del Instituto Max Planck (MPI) de Biología Celular Molecular y Genética de Dresde.

Los gusanos estudiados producen un azúcar especial y forman una larva duradera, según escribe el equipo en la revista científica “Plos Genetics”. También descubrieron que los nematodos investigados, hallados en el suelo permanentemente helado de Siberia, pertenecen a una especie desconocida hasta ahora.

“Nuestra investigación demuestra que los nematodos han desarrollado mecanismos que les permiten mantener su vida a lo largo del tiempo geológico”, afirman Kurzchalia y su colega del MPI, Vamshidhar Gade, en un comunicado de la entidad de Dresde.

Los investigadores del Instituto de Problemas Físicoquímicos y Biológicos en la Ciencia del Suelo (RAS) de Rusia habían tomado muestras de suelo del permafrost en 2018 en el noreste de Rusia, en el río Kolimá.

En el laboratorio, lograron revivir dos nematodos, que posteriormente también se reprodujeron, ya que la reproducción asexual también es posible para estos animales. Los análisis del material vegetal circundante mediante el método del radiocarbono demostraron que los gusanos llevaban en el permafrost unos 46.000 años.

Kurzchalia y sus colegas llevaban tiempo investigando otro nematodo y unieron fuerzas con los investigadores rusos para averiguar más sobre la capacidad de supervivencia de los gusanos. El análisis genético reveló que el gusano investigado no pertenecía a ninguna especie conocida.

Los investigadores llamaron a la nueva especie “Panagrolaimus kolymaensis”, en honor al río donde se habían encontrado sus primeros representantes. A continuación compararon el genoma del gusano con el de “Caenorhabditis elegans”, un nematodo muy estudiado.

En concreto, analizaron los genes implicados en la transición del “Caenorhabditis elegans” a la fase de larva duradera. Casi todos ellos se encontraron también en el “Panagrolaimus kolymaensis”.

Los biólogos también aclararon un mecanismo que hace posible la supervivencia a temperaturas bajo cero: ambas especies de nematodos reaccionan a una ligera deshidratación disolviendo sus reservas de grasa y produciendo el azúcar trehalosa. En este estado, pueden sobrevivir a la deshidratación severa y la posterior congelación.

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