Por Annette Birschel (dpa)
Ámsterdam, 17 jul (dpa) – El color del luto que cubre este viernes las calles de Holanda es el amarillo. Hoy se cumple un año de la catástrofe del vuelo MH17 de Malaysia Airlines que dejó 298 muertos, en su mayoría holandeses. La sala de un museo de Ámsterdam es un mar de girasoles. Crecieron de semillas traídas por los periodistas del sitio en el que se estrelló el avión tras ser derribado: el este de Ucrania.
Un enorme campo de girasoles: así es como debía ser el lugar el 17 de julio de 2014, antes de que el avión se estrellara tras ser derribado por un misil.
Mientras en la esfera internacional las acusaciones sobre quién es responsable del hecho siguen yendo y viniendo entre Ucrania y Rusia, en Holanda, al cumplirse un año de la tragedia, las calles están dedicadas por completo a la memoria de las víctimas.
En todo el país se guardaron minutos de silencio, las banderas ondean a media asta y los ramos y coronas de flores se ven hasta en el aeropuerto de Shiphol, desde donde partió el avión rumbo a Kuala Lumpur.
Hans de Borst, un empleado bancario, se ha preparado para este día. Se leyeron en voz alta los nombres de todos los fallecidos, y entre tantos otros estaba el de su hija Elsemiek, de 17 años. Su padre fue a una radio local, pues le gusta hablar sobre su hija. “El mundo debe saber que ha sido asesinada”, explica.
La catástrofe del MH17 involucró a Holanda en un conflicto en el que hasta ese momento no era partícipe. En Ucrania la disputa se daba fundamentalmente entre el gobierno central de Kiev y los separatistas prorrusos que combaten en el este ucraniano por su autonomía.
Un año después del derribo del avión, el shock sigue muy presente, pero el luto ha cedido terreno a una indignación desesperada, ya que sigue sin haber respuestas al interrogante central: ¿quién es responsable de lo ocurrido?
“Los asesinos de MH17 siguen libres. Es amargo e insportable”, escribió hoy el periódico “De Telegraaf”.
Las acusaciones lanzadas por un lado y otro no faltan, pero ahora se espera que en octubre se revelen los resultados del análisis de los datos técnicos y las primeras conclusiones de las pesquisas judiciales serán dadas a conocer hacia fines de año.
Durante la espera, la mayor parte de los holandeses ha llegado a su propia conclusión: los culpables son los separatistas prorrusos y Rusia. Y el encono se vuelve cada vez más contra el propio gobierno holandés, cuyo primer ministro, Mark Rutte, había prometido hace un año que se daría vuelta “hasta la última piedra” hasta hacer comparecer a los culpables ante la justicia. Por el momento, eso no ha ocurrido.
El jefe de gobierno rechaza las críticas diciendo que “justamente por ser un asunto políticamente tan delicado” es necesario estar “absolutamente seguros”.
La explicación de lo ocurrido se busca en medio de un campo minado: el conflicto político entre las potencias occidentales y Rusia, que ya ha tenido en este último año múltiples derivaciones. Por eso para Holanda es fundamental contar con un equipo de investigadores independientes que tenga acceso a todas las pruebas necesarias.
Rusia participa en la investigación técnica del Consejo de Seguridad holandés y Moscú ha entregado un gran paquete de posibles evidencias a los equipos que llevan adelante la evaluación jurídica. Según el equipo, la información está siendo evaluada.
La participación de Rusia es clave, porque es una condición para poder sentar algún día a los eventuales culpables en el banquillo.
En tanto, Holanda y otros países exigen que se instaure un tribunal bajo la bandera de Naciones Unidas para evaluar el caso, pero la propuesta podría ser bloqueada por Rusia, que cuenta con poder de veto en el Consejo de Seguridad.
Para los familiares de las víctimas, las disputas políticas y la incertidumbre sobre lo ocurrido se hacen insoportables, y las controversias en las altas esferas amenazan con opacar la tristeza que aún atraviesan. Por eso, un año después de las muertes, hoy decidieron mantenerse alejados de las cámaras y celebrar un acto de conmemoración únicamente para familiares y amigos.