París, 29 jun (elmundo.cr) – El presidente Emmanuel Macron luchó el jueves para contener una crisis creciente cuando estallaron disturbios por tercer día consecutivo por el tiroteo mortal de la policía contra un adolescente de ascendencia argelina y marroquí durante una parada de tráfico en un suburbio de París.
Cuarenta mil policías iban a desplegarse en toda Francia, casi cuatro veces el número movilizado el miércoles, pero hubo pocas señales de que los llamamientos del gobierno a una reducción de la violencia calmarían la ira generalizada.
En Nanterre, la ciudad de clase trabajadora en las afueras del oeste de París, donde Nahel M., de 17 años, fue asesinado a tiros el martes, los manifestantes incendiaron automóviles, bloquearon calles y arrojaron proyectiles a la policía luego de una vigilia pacífica.
Los manifestantes escribieron “Venganza por Nahel” en edificios y paradas de autobús.
Las autoridades locales de Clamart, a 8 km (5 millas) del centro de París, impusieron un toque de queda nocturno hasta el lunes.
Valerie Pecresse, que dirige la región metropolitana de París, dijo que todos los servicios de autobús y tranvía se detendrían después de las 9 p. m. después de que algunos se incendiaran la noche anterior.
El gobierno de Macron desestimó los llamados de algunos opositores políticos para que se declarara el estado de emergencia, pero los pueblos y ciudades de todo el país se preparaban para más disturbios.
“La respuesta del Estado debe ser extremadamente firme”, dijo el ministro del Interior, Gerald Darmanin, hablando desde la ciudad norteña de Mons-en-Baroeul, donde se incendiaron varios edificios municipales.
El incidente ha alimentado quejas de larga data de violencia policial y racismo sistémico dentro de las fuerzas del orden por parte de grupos de derechos y dentro de los suburbios de bajos ingresos y con mezcla racial que rodean las principales ciudades de Francia.
El fiscal local dijo que el oficial involucrado había sido puesto bajo investigación formal por homicidio voluntario y estaría en prisión preventiva.
Según el sistema legal de Francia, ser puesto bajo investigación formal es similar a ser acusado en las jurisdicciones anglosajonas.
“El fiscal considera que no se han cumplido las condiciones legales para el uso del arma”, dijo en rueda de prensa Pascal Prache, el fiscal.
