Fiscalía relaciona a exdirectivo de Wirecard alemana con espionaje ruso

ARCHIVO - Fabio De Masi, parlamentario del Partido La Izquierda, llega a la comisión de investigación sobre el escándalo contable de Wirecard con una carpeta que contiene fotos policiales del exmiembro de la junta de Wirecard Jan Marsalek. Foto: Kay Nietfeld/dpa

Londres, 26 sep (dpa) – El exdirectivo de la ruinosa firma alemana de servicios financieros Wirecard y prófugo de la justicia Jan Marsalek es sospechoso de haber formado parte de una red de espionaje ruso en el Reino Unido, comunicó hoy la fiscalía de la Corona británica (CPS, por sus siglas en inglés) en Londres.

A tenor del comunicado, Marsalek desempeñó un papel central como intermediario entre Moscú y un grupo de búlgaros que están siendo juzgados en Londres como presuntos espías rusos. El objetivo de la red era, entre otras cosas, observar y posiblemente incluso secuestrar a personas.

De acuerdo con las pesquisas, Marsalek fungió como persona de contacto a partir del verano de 2020 -poco después de que huyera de Alemania-.

La vista preliminar sobre el asunto tuvo lugar hoy ante la Corte Real de Westminster de Londres. Las dos mujeres y los tres hombres detenidos en febrero niegan todos los cargos. La fiscalía indicó que la conspiración para cometer espionaje de la que se los acusa incluye a Marsalek.

Marsalek, antiguo director de ventas de Wirecard, lleva algún tiempo escondido y se sospecha que se encuentra en Rusia. Está considerado como el principal sospechoso de la quiebra fraudulenta de la empresa Wirecard.

Wirecard era un proveedor de servicios de pago que funcionaba como interfaz entre las empresas de tarjetas de crédito y los minoristas y otros vendedores, por otro.

Marsalek era responsable del negocio con las llamadas empresas asociadas de terceros, proveedores externos de servicios de pago que procesaban o se cree que procesaban pagos con tarjeta de crédito en nombre de Wirecard, principalmente en Asia.

La firma, que llegó a cotizar en el índice bursátil Dax y a ser uno de los valores más altos entre las empresas alemanas, se hundió en el verano europeo de 2020 y se declaró insolvente tras admitir la desaparición de supuestos ingresos por valor de 1.900 millones de euros (2.000 millones de dólares).

A día de hoy, el dinero sigue sin haber sido encontrado. Marsalek abandonó el país cuando se hizo evidente el colapso del grupo, en el verano europeo de 2020.

Según la notificación de la fiscalía, Marsalek dio órdenes al líder de la presunta célula de espionaje en el Reino Unido, Orlin R., quien a su vez delegó las tareas en los demás presuntos miembros de la célula de espionaje. Los cinco sospechosos recibían una remuneración por sus actividades, prosigue el comunicado oficial.

Los investigadores analizaron los chats entre Marsalek y R. a través del servicio de mensajes cortos Telegram.

Entre otras cosas, supuestamente trataban sobre la adquisición de material militar para Rusia, el suministro de herramientas de espionaje como dispositivos digitales, software y manuales para hackers, la interceptación de comunicaciones y el seguimiento de personas no gratas para Moscú.

Gran parte de las actividades de espionaje tuvieron al parecer lugar fuera del Reino Unido. Además de seguir a personas, Marsalek también dio órdenes de espiar lugares importantes para Rusia, como una base de la OTAN en Alemania. La embajada kazaja en Londres también fue objeto de espionaje.

Los investigadores analizaron los testimonios de personas que fueron objeto de la supuesta vigilancia. Durante los registros relacionados con el caso se incautaron de un gran número de pasaportes falsos de varios países europeos. También se encontraron “equipos avanzados de vigilancia electrónica”.

Desde diciembre del año pasado se está celebrando en Múnich el juicio penal contra el exdirector general de Wirecard, Markus Braun, y otros dos antiguos directivos del grupo por presunto fraude de 1.000 millones de euros.

Braun, en prisión preventiva desde hace más de tres años, ha negado reiteradamente las acusaciones y, por su parte, culpa del escándalo a una banda de delincuentes dentro de la empresa, en la que según sus palabras Marsalek desempeñó un papel importante.

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