Ginebra, 28 oct (elmundo.cr) – El coordinador especial de la ONU para el Proceso de Paz en Medio Oriente advirtió este lunes ante el Consejo de Seguridad que a medida que se crean sobre nuevos focos de tensión en la región, el conflicto palestino-israelí sigue inmerso en una parálisis permanente que continúa representando uno de los factores “que impulsa el extremismo y la inestabilidad”.
“La ocupación continúa y no se ha avanzado en la consecución de una solución negociada de dos Estados. Es una tragedia intergeneracional para la gente de esta tierra”, resaltó Nickolay Mladenov durante una sesión dedicada a la situación en el Medio Oriente.
En esta situación de inestabilidad, destacó favorablemente la intención de fijar una fecha para las elecciones en Palestina anunciada durante el debate de la Asamblea General por el presidente Mahmoud Abbas el pasado 26 de septiembre.
“Si esta decisión se materializa, serán las primeras elecciones en Palestina desde 2006 y darían una renovada legitimidad a las instituciones nacionales. La comunidad internacional debería apoyar este proceso si sirve para reforzar la unidad nacional, no dividirla”.
Añadió que todo ello ha de incluir un acuerdo para que las elecciones se celebren en todo el territorio palestino ocupado de acuerdo con la legislación pertinente, las mejores prácticas internacionales y en una plataforma política nacional convenida que se base en los acuerdos existentes.
La violencia forma parte del día a día
Del mismo modo, Mladenov indicó que la situación en el terreno empeoró durante el último mes alejándose cada vez más una solución viable con dos Estados.
Así informó sobre el proyecto planeado por las autoridades israelíes de construir viviendas en los asentamientos de la zona C, una división administrativa de Cisjordania.
“Incluso sin esta última decisión, el número de unidades avanzadas para su aprobación en 2019 ya es mayor que el de todas las unidades en 2018”, destacó y, a su vez, recordó que las leyes internacionales consideran ilegales los asentamientos y que deben cesar de inmediato.
Además, destacó que continuaron a “un ritmo preocupante” las demoliciones y la confiscación de infraestructura y de proyectos humanitarios financiados internacionalmente en dicha zona. “Las autoridades israelíes deben poner fin a esta práctica”, resaltó.
El coordinador especial destacó que, aunque la violencia forma parte de la cotidianeidad del conflicto, ésta se redujo en Gaza durante las últimas semanas e incluyó el lanzamiento de cohetes.
“Los acuerdos de paz negociados por las Naciones Unidas en Egipto siguen vigentes. A pesar de la mejora general, sin embargo, tres palestinos murieron a manos de las Fuerzas de Defensa Israelíes y más de 500 resultaron heridos durante las protestas en la valla del perímetro de Gaza”, determinó.
La situación humanitaria es grave
Pese a destacar la gravedad de la situación humanitaria indicó avances importantes en muchos sectores. Entre ellos, destacó que se ha duplicado la media diaria de electricidad, pasando de 5,5 horas en el primer semestre de 2018 a 12-15 horas en el primero de 2019, la mejora en el tratamiento del agua y de las aguas residuales, la reducción de la necesidad de combustible costoso para los hospitales y la disminución de los costes para las empresas privadas y las familias.
Indicó que casi 450.000 personas en Gaza recibieron atención médica de emergencia, y cerca de 400.000 medicamentos y suministros médicos.
Además, los programas de creación temporal de empleo de la Organización generaron más de 16.000 puestos de trabajo y se espera la creación de otros 1000 durante las próximas semanas.
Pese a ello, destacó que no se puede continuar abordando las necesidades críticas de Gaza de mes a mes sin enfrentarse a una realidad política más amplia que incluya a los cierres, la violencia y la falta de unidad.