Ankara, 10 jul (elmundo.cr) – Recep Tayyip Erdogan, presidente de la Turquía, firmó hoy el decreto que dictamina el retorno al culto musulmán de la antigua basílica bizantina de Santa Sofía de Estambul. Lo hizo una hora después del dictamen del Tribunal Administrativo Superior, el Danistay, ultima instancia judicial en Turquía, el cual decidió por unanimidad declarar inválido el decreto que secularizó el monumento durante el gobierno de Kemal Atatürk en 1934.
El decreto del presidente turco Erdogan, en sintonía con las políticas impulsadas por la coalición del partido ultranacionalista MHP y el islamista AKP, que gobiernan Turquía desde 2002, suprimen las competencias de gestión de la Basílica al Ministerio de Cultura y Turismo, al que le correspondía hasta hoy, transfiriéndola a Diyanet, el organismo equivalente a un Ministerio de la Religión, que administra las mezquitas del país.
“Se decidió que Santa Sofía será colocada bajo la ‘administración de Diyanet y será reabierta al culto”, anunció Erdogan en un comunicado que publicó en Twitter. La primera oración musulmana en Santa Sofía se realizará el 24 de julio, anunció Erdogan.
El Tribunal Administrativo, respondiendo a una demanda judicial interpuesta por una asociación creada para este efecto por un ciudadano turco, Ismail Kandemir, que lleva décadas interponiendo denuncias administrativas para revertir el estatus del edificio, aunque todas las anteriores fueron rechazadas por el propio Danistay.
La basílica ortodoxa, construida en el siglo VI por el emperador Justiniano, fue convertida en mezquita tras la conquista de Constantinopla por los otomanos en 1453, mantuvo ese estatus hasta 1934, cuando el decreto de Atatürk la convirtió en museo, es una de las principales atracciones turísticas de Estambul con 3,8 millones de visitantes en 2019.
La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), lamentó “profundamente la decisión de las autoridades turcas de modificar el estatus de Santa Sofía”, que es Patrimonio de la Humanidad, lo que comporta responsabilidades y obligaciones legales sobre el estado de conservación del monumento y recordó a Ankara la obligación de ser notificada sobre “cualquier modificación” del espacio y “exige una notificación previa de Turquía a la Unesco y en caso necesario, un examen del Comité”.
Las autoridades turcas aseguraron en días pasados que abrir Santa Sofía al culto musulmán no causará perjuicios a su estatus como monumento histórico y artístico universal. Ibrahim Kalin, portavoz de la presidencia turca rechazó las afirmaciones diciendo que, “abrir Santa Sofía a la oración no impide que turistas locales o extranjeros visiten el sitio”, señaló a la Agencia estatal de prensa turca Anadolu.
Además de Rusia y Grecia, que siguen de cerca la suerte del patrimonio bizantino en Turquía, Estados Unidos y Francia también rechazaron la transformación de Santa Sofía en un lugar de culto musulmán y solicitaron que mantenga su función de museo.
“Estamos decepcionados por la decisión del gobierno de Turquía de cambiar el estatuto de Santa Sofía”, dijo la portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Morgan Ortagus. ”Entendemos que el gobierno turco sigue comprometido en mantener el acceso a Santa Sofía a todos los visitantes y deseamos oír sus planes para continuar la administración de Santa Sofía con el fin de garantizar que sigue accesibles para todos sin trabas”, añadió.
El representante de la Unión Europea para los Asuntos Exteriores, Josep Borrell, lamentó la decisión de Turquía. “Es lamentable la decisión del Consejo de Estado turco de revocar una de las decisiones históricas de Turquía moderna”. Borrel destacó el “fuerte valor simbólico, histórico y universal» de Santa Sofía y recordó que, como miembro fundador de la Alianza de Civilizaciones, Turquía se comprometió a «promover el diálogo interreligioso e intercultural y a fomentar la tolerancia y la coexistencia” dijo el jefe de la diplomacia europea.
