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El cambio climático también afecta a los alemanes amantes del café

ARCHIVO - La ciudad alemana de Mannheim acoge del 30 de septiembre al 3 de octubre la Convención Internacional del Café, donde comerciantes, agricultores e investigadores buscarán respuestas a las profundas transformaciones del sector cafetero. Foto: Fabian Sommer/dpa

Por Sebastian Schug (dpa)

Mannheim/Hamburgo/Kampala, 22 sep (dpa) – El cambio climático está generando grandes problemas a nivel mundial al sector cafetero y podría convertir una de las bebidas favoritas de los alemanes en un bien de lujo.

“Hay estudios que predicen que hasta 2050 la superficie que actualmente se utiliza para cultivar café se reducirá a la mitad”, dice Sophie von Loeben, del Instituto Potsdam para la Investigación del Cambio Climático (PiK).

En Alemania, los adultos aficionados al café beben 3,4 tazas por día, según el informe 2023 del comercializador alemán de café Tchibo. La compañía encuestó junto con el portal de estadísticas Statista y la revista “Brand Eins” en enero de este año a 1.500 personas de entre 18 y 75 años para conocer sus hábitos de consumo relacionados con el café.

El sector se reúne a fines de mes (entre el 30 de septiembre y el 3 de octubre) en Mannheim para la Convención Internacional del Café (ICC). Allí campesinos, comerciantes e investigadores buscarán una respuesta a las profundas transformaciones.

“Queremos crear ciencia para la industria del café”, dijo Steffen Schwarz, de la ICC, en una conferencia de prensa. Añadió que los temas más importantes son, además del cambio climático, las modificaciones en el comportamiento de los consumidores, la modernización y la digitalización de los cultivos de café, muchas veces pequeños, así como la sustentabilidad.

Von Loeben ve la causa de los desafíos en la misma planta de café. “Es muy sensible, no le gusta mucho el calor ni la sequía ni la humedad. Necesita determinadas condiciones de sombra y un suelo rico en nutrientes”.

Holger Preibisch, director ejecutivo de la Asociación Cafetera de Alemania, con sede en Hamburgo, lo confirma: “El café es un producto muy sensible. Solo crece en determinadas regiones del mundo, el llamado cinturón cafetero en torno al Ecuador”.

Para garantizar allí las plantaciones, los campesinos apuestan por cultivos mixtos, es decir, combinan las plantas de café con otras.

Von Loeben es experta en investigación en el campo de los cultivos. “El café, aunque es uno de los cultivos alimenticios más valiosos a nivel mundial, es también uno de los menos investigados”. Gran parte del consumo de café se basa en solo dos especies, arabica y robusta.

Y eso que, según la investigadora, “en la naturaleza hay unas 130 plantas de café silvestres conocidas”. Algunas de ellas, agregó, son más resilientes al calor o a determinadas plagas y pueden ser plantadas directamente o ser utilizadas para la creación de híbridos.

Los expertos señalan que la demanda de café determinada la calidad de la oferta. Von Loeben y Preibisch dudan de que los sellos de calidad tengan una gran influencia en el sector. Eso, según los representantes del sector, se debe a la enorme sensilidad a los precios de parte de los consumidores.

Von Loeben destaca además que en muchos lugares el café es cultivado por pequeños productores y que la certificación cuesta mucho dinero, por lo que muchas veces es un gasto que tampoco pueden afrontar las cooperativas.

El investigador Dirk Lachenmeier, que preside el comité científico de la ICC, señala que la sustentanbilidad es un problema, que va más allá del grano de café y que dados los costos económicos es muy difícil convencer de ello a los pequeños campesinos.

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