Ginebra, 31 jul (elmundo.cr) – Los picos de casos de COVID-19 en algunos países están siendo impulsados en gran parte por personas jóvenes que bajan la guardia durante el verano en el hemisferio norte, aseguró este jueves el director de la Organización Mundial de la Salud.
“Lo hemos dicho antes y lo diremos nuevamente: los jóvenes no son invencibles. Los jóvenes pueden infectarse, pueden morir y transmitir el virus a otros. Es por eso por lo que deben tomar las mismas precauciones para protegerse a sí mismos y a los demás”, subrayó Tedros Adhanom Gebreyesus en la conferencia de prensa habitual de la Organización.
Tedros dijo que una de las tareas más difíciles ahora es precisamente hacerles entender a los jóvenes sus riesgos, que, según los expertos de la OMS, son más graves de lo que normalmente se cree.
“El COVID-19 causa una enfermedad inflamatoria en los pulmones, pero está demostrado que este proceso se extiende al sistema cardiovascular, a la sangre, al corazón, potencialmente a otros órganos. Entonces en muchos casos, aunque esta enfermedad sea leve, puede afectar varios órganos, y aún no sabemos cuáles son los impactos de esto a largo plazo”, explicó el director de emergencias Michael Ryan.
Ryan, agregó que los científicos que elaboraron un estudio reciente en Frankfurt, Alemania, realizaron resonancias magnéticas al corazón de varios pacientes de COVID-19 que se recuperaron y nunca tuvieron que ser internados en un hospital, y hallaron grandes cambios inflamatorios en el músculo cardiaco.
El experto indicó que la inflamación es la reacción del cuerpo contra la presencia del virus, pero puede ser dañina y en el caso del sistema cardiovascular, llegar a acelerar condiciones crónicas del corazón en los jóvenes que las iban a desarrollar mucho tiempo después.
“La verdad no sabemos cuáles son las consecuencias a largo plazo, ¿para qué arriesgarse? Es muy importante que tomemos esas opciones en cuenta y protejamos nuestra salud. Por supuesto queremos que la gente sea altruista y proteja a los demás, pero también se trata de estar seguros: sea inteligente, no asuma riesgos que no puede cuantificar, y estos riesgos ahora no se pueden cuantificar”, enfatizó.
Añadió que, aunque la OMS espera que aquellos recuperados lo hagan completamente, hay personas que ya están reportando problemas para tolerar el ejercicio y respirar.
“Por eso queremos evitar todas las infecciones de COVID-19, no solo las que llevan a la muerte. No solo para reducir la transmisión, sino también para evitar los impactos a largo plazo”, puntualizó.
El papel de las decisiones correctas
El director de la OMS recordó que la información confiable es extremadamente importante para permitir que las personas tomen las decisiones correctas para su salud y eviten contagiarse.
“Todos hemos visto el daño causado por la desinformación. Pero la información por sí sola no es suficiente. Las personas toman decisiones basadas en una amplia gama de factores relacionados con su cultura, creencias, valores, circunstancias económicas y más. Toman decisiones bajo una presión financiera y social sin precedentes, altos niveles de ansiedad y con sistemas de salud mal equipados”, señaló.
Tedros indicó que los países han estado pidiendo a sus ciudadanos que entiendan su riesgo para adaptarse, comprometerse y renunciar a ciertas cosas.
“Ante la pandemia de COVID-19, los países están utilizando una variedad de herramientas para influir en el comportamiento: las campañas de información son una herramienta, pero también lo son las leyes, reglamentos, directrices e incluso multas. Estamos aprendiendo qué funciona y qué no”, acotó, diciendo que es por ello por lo que la ciencia del comportamiento es tan importante.
“Nos ayuda a comprender cómo deciden las personas, para que podamos apoyarlas a tomar las mejores decisiones para su salud”.
El director de la OMS anunció que la Organización ha creado un Grupo Técnico Asesor sobre Información y Ciencias del Comportamiento para la Salud.
Esto amplía y profundiza el trabajo existente de la OMS sobre ciencias del comportamiento y apoyará su trabajo para ofrecer consejos de salud más fuertes y efectivos.
El grupo de asesoría técnica consta de 22 expertos externos de 16 países, con experiencia en áreas que incluyen psicología, antropología, promoción de la salud, neurociencia, economía del comportamiento, mercadeo social y más.
La iniciativa asesorará a la OMS sobre cómo aumentar y mejorar el uso de las ciencias del comportamiento y sociales en una variedad de áreas de salud, incluido el COVID-19.
Las medidas básicas siguen siendo la herramienta más poderosa
Hasta la fecha se han reportado a la OMSmás de 16,5 millones de casos y más de 650.000 muertes .
“Si observamos esos números, hay algunas lecciones importantes. Críticamente, la mitad de los casos a nivel mundial se encuentran en tres países, y la mitad de las muertes se encuentran en cuatro. Entonces, aunque estamos lidiando con una pandemia global, no todos los países están experimentando brotes grandes e incontrolados”, aclaró el funcionario.
Tedros afirmó que, si bien nos enfrentamos a un desafío mundial sin precedentes, también hay motivos de esperanza.
“Sabemos que tomar las medidas correctas funciona. Las medidas básicas necesarias para suprimir la transmisión y salvar vidas siguen siendo las mismas: encontrar, aislar, evaluar y atender casos; y rastrear y poner en cuarentena a sus contactos. Manténgase alejado de los demás, lávese las manos, evite áreas abarrotadas y cerradas, y use una mascarilla. Cuando se siguen estas medidas, los casos disminuyen, cuando no, los casos suben”, explicó.
Tedros dijo que los países y comunidades que han seguido este consejo con cuidado y de manera consistente están teniendo resultados.
“Nunca es demasiado tarde. Incluso las grandes epidemias pueden revertirse. Quiero enfatizar nuevamente que, si bien las medidas de confinamiento pueden ayudar a aliviar la epidemia, no son la respuesta por sí solas”, reiteró, diciendo que estas solo reducen los brotes a un nivel manejable para que se puedan tomar otras medidas de salud pública.
El director de la OMS recalcó que informar, involucrar y escuchar a las comunidades es la base para lidiar con el COVID-19.
“A seis meses de la declaración de esta emergencia de salud global, la pandemia de COVID-19 está ilustrando que la salud no es una recompensa del desarrollo, es la base de la estabilidad social, económica y política. Estamos aprendiendo esto de la manera difícil. No somos prisioneros de la pandemia. El futuro está en nuestras manos”, concluyó.