San Salvador, 29 ago (VOA) – El secretario interino de Seguridad Nacional estadounidense (DHS), Kevin McAleenan, asistió el miércoles en El Salvador a la firma de un acuerdo con el gobierno de ese país para fortalecer la cooperación bilateral en cuatro áreas, a fin de abordar “la migración irregular de Centroamérica y combatir las organizaciones criminales transnacionales”.
Un comunicado divulgado indicó que El Salvador estuvo representado para sellar el acuerdo por el Ministro de Justicia y Seguridad, Rogelio Rivas.
“Me gustaría agradecer al presidente (Nayib) Bukele por su asociación y por acogerme para discusiones productivas que solidificaron nuestros compromisos de asociarnos en estrategias para abordar la migración irregular y atacar a las pandillas y contrabandistas humanos”, dijo McAleenan en el comunicado.
Las cuatro áreas de trabajo acordadas entre los dos países incluyen “aumentar la colaboración a través de la seguridad fronteriza y las operaciones de aplicación de la ley, expandir la cooperación en el intercambio de información, garantizar una cooperación estrecha en la creación de capacidad de asilo y protección, y continuar el diálogo para promover oportunidades e inversiones en El Salvador”.
El tema migratorio es vital para el gobierno del presidente Donald Trump: “DHS agradece trabajar estrechamente con nuestros homólogos salvadoreños para abordar la crisis que enfrenta la región”.
Esta es la tercera visita de funcionarios estadounidenses de alto nivel que recibe El Salvador en los últimos meses. El secretario de Estado, Mike Pompeo, visitó el país en julio el país y conversó con Bukele sobre la migración irregular. Este mes estuvo la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, quien observó los esfuerzos para detener la migración ilegal a través de programas de prevención de la violencia, fomento del desarrollo económico y atracción de inversiones.
El Salvador “no es un tercer país seguro”
Tras reunirse con el presidente Bukele, McAleenan enfatizó durante una conferencia de prensa que el acuerdo no convierte a El Salvador en un “tercer país seguro”.
El concepto de “tercer país seguro” consiste en que una nación puede rechazar conceder asilo a una persona y canalizarla a un tercer país que se considere tenga condiciones adecuadas de seguridad para el individuo.
“Esta es una carta de intención para colaborar de manera amplia en la aplicación de la ley y contrarrestar a las pandillas, aumentar la seguridad fronteriza, compartir información y vitalidad económica, así como apoyar la propia iniciativa de los salvadoreños para desarrollar la capacidad de asilo y protección”, dijo McAleenan.
Bukele dijo que las medidas inmediatas que van a aplicar para combatir la migración irregular son las mismas que han estado implementando desde que asumió el poder el 1 de junio.
Explicó que entre lo pactado está la implementación de las patrullas fronterizas: “las hemos estado haciendo desde hace varias semanas y han tenido bastante éxito porque hemos arrestado traficantes de personas, contrabandistas y pandilleros que quieren cruzar la frontera”.
El acuerdo incluye compartir información para combatir el narcotráfico y otros delitos que se cometen en los aeropuertos y fronteras con documentos falsos.
McAllenan felicitó a Bukeke y dijo que su gobierno ha hecho “un gran esfuerzo”.
“Puedo confirmar las cifras de los ciudadanos salvadoreños que llegan a la frontera sur (de EE.UU.). En mayo más de 16.000 y ahora estamos en agosto con 6.000, así que estamos esperando un 60% de reducción en los tres meses que el presidente Bukele tomó posesión. Es un progreso significativo en términos de la migración forzada desde El Salvador”, manifestó.
Críticas en El Salvador
Defensores de los derechos de los migrantes han criticado las reuniones entre los funcionarios estadounidenses y salvadoreños. Algunos señalan que desconocen la agenda que está en curso.
“Lo que se observa en el entorno parece ser muy coincidente con estas visitas. Tenemos Guatemala con un documento ya firmado, México con una frontera militarizada, Panamá con una propuesta por firmar como tercer país seguro, pero en El Salvador y Honduras no tenemos certeza de cuál es la propuesta”, dijo a The Associated Press César Ríos, director ejecutivo del Instituto Salvadoreño del Migrante (INSAMI).
Ríos criticó que el tema de la migración irregular sea abordado como un problema de seguridad nacional y que El Salvador se haya comprometido a controlar las fronteras, ya que consideró que ello puede perjudicar, impedir el paso de aquellas familias y personas que están huyendo de la violencia y que el país no tiene la capacidad de proteger.