Donald Trump reivindicó el miércoles su victoria en las elecciones, asegurando que tiene al país “al alcance de la mano” mientras promete “sanar” la nación tras los resultados electorales. Con un total de 266 votos electorales, frente a los 195 de su rival, la vicepresidenta Kamala Harris, Trump está a solo cuatro votos de los 270 necesarios para ganar la Casa Blanca.
“Hemos hecho historia”, proclamó Trump a sus seguidores en un mitin en West Palm Beach, Florida, donde celebró la declaración de Fox News, el único medio estadounidense que ha proclamado su victoria hasta ahora. El republicano, de 78 años, destacó que su campaña se había centrado en ayudar a sanar a un país dividido, y recibió felicitaciones del líder republicano de la Cámara de Representantes, Mike Johnson.
Trump ha logrado triunfar en tres de los siete estados clave: Carolina del Norte, Georgia y Pensilvania. Los resultados de otros estados como Arizona, Nevada, Míchigan y Wisconsin aún están pendientes. Por su parte, la jefa de campaña de Harris mantiene esperanzas de ganar en los dos últimos estados mencionados, conocidos como el “muro azul”.
La noche electoral se ha vivido con ansiedad en Estados Unidos, donde las repercusiones de los resultados se sienten en el ámbito internacional, afectando temas como la guerra en Ucrania y el cambio climático. En el Centro de Convenciones del Condado de Palm Beach, los seguidores de Trump expresaron su euforia, confiando en que el republicano ya ha ganado. “Siento que Trump ya ha ganado las elecciones. Esto ha terminado y creo que el mundo está a punto de ser mucho mejor”, afirmó un joven partidario.
Este resultado, si se confirma, marcaría un hecho histórico: Trump se convertiría en el segundo presidente en obtener un mandato no consecutivo desde 1893 y el más viejo en ser electo. A lo largo de la campaña, Trump se ha presentado como un candidato antisistema, manteniendo su retórica contra la inmigración irregular y utilizando un lenguaje incendiario hacia su oponente.
Kamala Harris, quien aspiraba a ser la primera mujer en ocupar la presidencia, enfrentó un desafío monumental en un tiempo limitado, comenzando su campaña tras la salida del presidente Joe Biden en julio. Su plataforma electoral aboga por una inmigración más controlada y defensa de los derechos de la clase media y el aborto.