Roma, 14 oct (elmundo.cr) – El Día Mundial de la Alimentación de 2022 se ha celebrado hoy en Roma bajo la consigna de “no dejar a nadie atrás”, en el contexto de un empeoramiento de la crisis mundial de la seguridad alimentaria y cifras récord de personas en riesgo de padecer graves niveles de hambre en África y Asia.
Este acto anual conmemora la fundación en 1945 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En una ceremonia mundial en la sede de la FAO en Roma se transmitieron los mensajes de, entre otros, el Sr. Antonio Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, el Papa Francisco y el Sr. Sergio Mattarella, Presidente de Italia.
También se llevaron a cabo cientos de iniciativas conexas en unos 150 países de todo el mundo, con la presentación de un llamamiento a la acción en más de 50 idiomas en carteles digitales y a través de creativas iniciativas de marca, incluido en el Aeropuerto Internacional de Kigali, la estatua del Cristo Redentor de Río de Janeiro, las Cataratas del Niágara y Piccadilly Circus en Londres.
La edición de este año tiene lugar en un momento en el que la seguridad alimentaria mundial afronta amenazas procedentes de varias direcciones, al sumarse la escalada de los precios de los alimentos, la energía y los fertilizantes a factores tradicionales como la crisis climática y los conflictos prolongados. Entretanto, la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) continúa teniendo un efecto dominó, que pone de relieve lo interconectadas que están nuestras economías y nuestras vidas.
“Ante una inminente crisis alimentaria mundial, debemos aprovechar el poder de la solidaridad y el impulso colectivo para construir un futuro mejor en el que todos tengamos un acceso regular a suficientes alimentos nutritivos”, declaró el Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO, en el discurso que pronunció durante la ceremonia en Roma.
Además de las 970 000 personas en riesgo de padecer hambruna en Afganistán, Etiopía, Somalia, Sudán del Sur y Yemen, el número de personas aquejadas de hambre en todo el mundo va en aumento (hasta 828 millones en 2021, según el último informe de la FAO El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo) y 3 100 millones de personas continúan no pueden permitirse aún una dieta saludable.
Como suele ocurrir, los más vulnerables son los más perjudicados, esto es, mujeres, jóvenes, pueblos indígenas y agricultores rurales. Ellos son con frecuencia quienes más problemas tienen para lograr el acceso a capacitación, financiación, innovación y tecnologías.
El Sr. Antonio Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, señaló que el Día Mundial de la Alimentación de 2022 se celebra “en un momento difícil para la seguridad alimentaria mundial” e instó a las partes interesadas a actuar conjuntamente para pasar “de la desesperación a la esperanza y la acción”.
El Papa Francisco, en un mensaje leído en su nombre, pidió que no se perdiera de vista el hecho de que las personas “no son solo números, datos o un flujo de estadísticas interminables”.
El Sr. Sergio Mattarella, Presidente de Italia, afirmó que sin un acceso equitativo a los alimentos, millones de personas en nuestro planeta, especialmente aquellas que viven en los países más pobres, no podrán gozar de una vida saludable, una educación de calidad y oportunidades de crecimiento social y económico.
“Este año, más que nunca, el Día Mundial de la Alimentación debería ser un llamamiento a intensificar las medidas para ayudar a los pequeños agricultores en las zonas rurales, que suministran alimentos a sus comunidades y países —en una crisis tras otra— a pesar de la desigualdad, la vulnerabilidad y la pobreza”, declaró el Sr. Álvaro Lario, Presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) de las Naciones Unidas.
“Lo que más me preocupa es lo que está por venir, esto es, una crisis de disponibilidad de alimentos, pues las repercusiones de los conflictos y el cambio climático amenazan con sabotear la producción de alimentos mundial en los próximos meses. El mundo debe abrir los ojos ante esta crisis alimentaria mundial sin precedentes y actuar ya para evitar que quede fuera de control”, señaló el Sr. David Beasley, Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos.
Actos del Día Mundial de la Alimentación
Entre los actos de la tarde en Roma figuró la inauguración de una exposición de fotografías del espacio, tomadas por el Sr. Thomas Pesquet, astronauta de la Agencia Espacial Europea y Embajador de buena voluntad de la FAO, las cuales pusieron de relieve los efectos de la crisis climática.
El Día Mundial de la Alimentación supone asimismo una ocasión para homenajear a personas cuyas acciones tienen repercusión, tales como los héroes de la alimentación de la FAO y los galardonados con Premios de la FAO, que presentan iniciativas de éxito que apoyan el cumplimiento del mandato de la Organización y los objetivos establecidos en su Marco estratégico para 2022-2031. El primer premio de este tipo se concedió a la asociación Kirisia Community Forest Association en Kenya por su provechosa restauración del bosque de Kirisia.
Además, se celebró un acto del Día Mundial de la Alimentación Junior con un gran número de héroes de la alimentación, incluidos el Sr. Pesquet, el renombrado chef Joan Roca y la Sra. Darine El Khatib, profesional de la comunicación y Embajadora regional de buena voluntad de la FAO para el Cercano Oriente y África del Norte.
Los actos dirigidos y coorganizados por la FAO y concebidos para fomentar la concienciación sobre la lucha mundial contra el hambre seguirán ocupando un lugar destacado durante la próxima semana, en la que se celebrará la segunda edición del Foro alimentario mundial, que comprende el Foro Mundial de la Juventud, el Foro de la ciencia y la innovación de la FAO y el Foro de la inversión de la Iniciativa Mano de la mano de la FAO. El objetivo es fomentar el diálogo y el debate entre las partes interesadas pertinentes, incluidos los jóvenes, los agricultores, los productores en pequeña escala, los pueblos indígenas, los responsables de la formulación de políticas, los inversionistas agrícolas y los científicos, que vendrán de todos los rincones del mundo con un objetivo en común, a saber, generar avances significativos en materia de seguridad alimentaria con miras a lograr un futuro alimentario mejor para todos, sin dejar a nadie atrás.
Llamamiento a la acción
No dejar a nadie atrás significa trabajar en muchos frentes al mismo tiempo.
Para la FAO, esto incluye nuestra Iniciativa Mano de la mano, que se ha concebido para acelerar la transformación de los sistemas agroalimentarios mediante al erradicación de la pobreza (ODS 1), el fin del hambre y la malnutrición (ODS 2), la reducción de las desigualdades (ODS 10), la promoción de servicios y empleos rurales decentes, el fomento de la igualdad de género, el aseguramiento de la protección social, la erradicación del trabajo infantil, el apoyo a la producción local de alimentos para poblaciones vulnerables en países con crisis alimentarias y el apoyo a las personas en el medio rural y los pueblos indígenas, que son custodios de gran parte de la biodiversidad del planeta.
Debería hacerse más para ayudar a las pequeñas explotaciones agrícolas, que producen más de un tercio de los alimentos mundiales pero representan el 80 % de los productores del mundo. Ellos son una de las bases de los sistemas agroalimentarios mundiales, aunque en muchos casos suelen verse atrapados en ciclos de pobreza e inseguridad alimentaria y excluidos de las oportunidades en sistemas dominados por grandes productores y minoristas.
Esta situación requiere transformar los actuales sistemas agroalimentarios para brindar las mismas oportunidades a todos los productores y ayudar a los pequeños productores a lograr acceso a nuevos mercados. Las inversiones en capacitación, incentivos, ciencia, datos e innovación pueden ser de gran ayuda para situar a los pequeños productores en el centro de esta transformación y convertirlos en agentes activos e iguales del desarrollo sostenible.
Por último, los gobiernos deben integrar la promesa de no dejar a nadie atrás en sus estrategias, planes y presupuestos a fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.