Bogotá, 9 may (VOA) – El presidente colombiano Gustavo Petro, enfrenta un escándalo que involucra a la entidad estatal encargada de gestionar los recursos destinados a la atención de desastres en el país, por la presunta malversación de recursos para la compra de 40 camiones cisterna para abastecer de agua potable el departamento de La Guajira, uno de los más pobres del país.
El escándalo, que ha generado un gran revuelo nacional y el inicio de una investigación por parte de Fiscalía por posibles hechos de corrupción, se suma al limbo en el que se encuentran sus reformas en el Congreso, en semanas clave en las que intenta revivir la reforma a la salud, discutir el proyecto de reforma laboral, y la reforma pensional, la más avanzada, que se encuentra a dos debates en la Cámara de Representantes de ser aprobada.
Este hecho, más allá de tocar el seno del ejecutivo colombiano, sacudió el Congreso. Sneyder Pinilla, antiguo subdirector de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), dijo que dineros de esa entidad se utilizaron para sobornar a los presidentes del Senado, Iván Name, y de la Cámara de Representantes, Andrés Calle, para ganar apoyos en el trámite las reformas.
Reformas sacudidas por escándalos
No es la primera vez que los debates y las discusiones de las reformas se detienen. En marzo de 2023, Nicolás Petro, primogénito del presidente, reconoció que recibió una suma de dinero de un narcotraficante para la campaña presidencial de su padre en 2022 y de quedarse con ese dinero. En ese momento, varios partidos políticos anunciaron romper alianzas con el ejecutivo en el Congreso, centro de debates de sus reformas.
Un mes después, el mandatario pidió la renuncia protocolaria de todo su gabinete y anunció la ruptura de la coalición de gobierno con los partidos Liberal, Conservador y de la Unión por la Gente (La U), ante los reparos de los presidentes de los partidos de aprobar y continuar con el debate al proyecto de reforma a la salud, que pudo sortear los obstáculos y continuar su trámite hasta que fue rechazada y hundida en finalmente en la Comisión Séptima del Senado.
Poco después del rompimiento de la coalición y de la salida de varios de sus ministros, se sumó el escándalo de Laura Sarabia, su exjefa de gabinete y actual directora del Departamento Administrativo de la Presidencia, DAPRE, y Armando Benedetti, exembajador en Caracas y actual embajador en de Colombia ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Estas están relacionadas en un caso de un presunto abuso de poder por interceptaciones telefónicas y escuchas ilegales, en las que Benedetti hablaba de dineros que había gestionado en el Caribe colombiano para la campaña presidencial y que no habrían sido reportados ante el Consejo Nacional Electoral. En su momento, el presidente decidió despedir de sus cargos a los dos funcionarios.
Camiones cisterna, un escándalo reciente que marca una agenda reformista atascada
Tras este nuevo caso de corrupción, y por el que Petro le pidió a la Fiscalía investigar los contratos que se han firmado en los últimos años en la UNGRD para atender a las comunidades afectadas por algún desastre, el nuevo golpe a la gobernabilidad del mandatario por los presuntos sobornos de sus funcionarios a miembros del legislativo podría obstaculizar las discusiones de las reformas sociales en el Congreso, donde esta semana ninguno de los proyectos aparecen en la agenda de discusión y de debate.
Ricardo Ávila, analista político y columnista del diario El Tiempo, afirmó a la Voz de América que esta trama de corrupción de la que aún “faltan” detalles por conocer es un “golpe serio” para el gobierno, no solo en su gobernabilidad sino en el Congreso donde la reforma pensional que está a dos debates de ser ley podría ser la más afectada.
“Claramente, lo que estamos viendo es un proceso en el cual todavía no conocemos los detalles completos de este escándalo, pero sus ramificaciones políticas ya se están comenzando a ver y comienzan a impactar las dinámicas de las discusiones en el Congreso y por cuenta de esa situación reformas claves, en particular la de pensiones, pues tienen el tiempo contado para que sean aprobadas o se hundan por falta de trámite”, explicó.
Pese al llamado de Petro en su cuenta de X, donde instó al Congreso a continuar con el debate de las reformas, el ambiente político y las seis semanas de legislatura, los proyectos planteados por el gobierno como el del cambio al régimen laboral, que ya fue hundida en la legislatura pasada y que en este segundo intento debe al menos alcanzar un debate en la Comisión Séptima de la Cámara, para que no se hunda de nuevo, aún no aparece en la agenda la comisión para su discusión.
“El gobierno ha hecho malas apuestas en algún momento con las reformas, primero el hecho de haberlas presentado todas al tiempo sin haber tenido un capital político importante que le permitiera generar una mayoría en el Congreso que se las asegurara eso fue una apuesta desafortunada, perdió mucho tiempo”, comentó a la VOA Luis Trejos, profesor investigador del departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad del Norte de Barranquilla.
A su vez, Ávila, anotó que de no lograr sacar adelante gran parte de esta agenda legislativa, representaría un gran desafío para el ejecutivo en la próxima legislatura discutir de nuevo esta agenda, porque en el tercer año el Congreso entraría en una “curva” descendente de cara a las elecciones para la presidencia del 2026.
“Lo que estamos viendo es que es altamente probable que en este segundo año también se perdió en materia legislativa, y en ese sentido su capacidad de sacar en el tercer año las reformas que no logro hacer en los dos primeros años, pues tiene a ser decreciente, de tal manera ahora que surge esta nueva circunstancia, pues la probabilidad de que alguna de sus reformas logre tener éxito en su trámite parlamentario es una posibilidad muy limitada”, concluyó.