Roma, 2 abr (elmundo.cr)- Darío Menor, corresponsal de un medio de comunicación italiano, realizó una entrevista a Francesco Castelli, profesor de enfermedades infecciosas en la Universidad de Brescia; el cual estaba asombrado porque “no le salían las cuentas”, tras ver que pocas personas de etnia negra estaban siendo infectadas del COVID-19, en comparación con la cantidad total de infectados en Lombardía.
Castelli inició una investigación en conjunto con otros especialistas; tras ver que, en región norteña de Lombardía, la zona más golpeada por la enfermedad, no paraban de llegar personas infectadas por el COVID-19 al hospital, pero no ocurría lo mismo con los inmigrantes subsaharianos, de origen afrodescendiente.
“Son alrededor del 12% de los cerca de 160.000 residentes extranjeros de la provincia de Brescia, pero apenas hay casos de coronavirus entre la población de etnia negra”, comentó.
Maria Rita Gismondo, directora del departamento de microbiología clínica, virología y bio emergencias del hospital Sacco de Milán, confirmó que existe «una casi total ausencia de personas de origen subsahariano en los hospitales de Lombardía por infección de Covid-19».
Gismondo espera que la investigación científica permita saber si hay alguna resistencia natural entre la mayor parte de la población de etnia negra a este patógeno o se ha producido una inmunidad cruzada debido a alguna infección anterior.
«Inmigrantes latinoamericanos sí que hay algunos infectados, pero parece que están casi excluidos los de origen subsahariano», aseguró la experta.
Según un artículo publicado por ABC en el año 2016, “las personas de etnia negra tienen sistemas inmunes más potentes que las de etnia blanca”, esto debido a que “la respuesta de inmune frente a las bacterias de las personas con ancestros africanos es más contundente que la de los descendientes de europeos”.
De acuerdo a lo que explican los científicos, la capacidad de nuestro sistema inmune para hacer frente a las infecciones está condicionada por las veces en las que una persona, o sus ancestros, se hayan enfrentado al parásito.
Todo depende de la capacidad de respuesta del sistema inmune, lo mismo sucede con el riesgo de desarrollar una enfermedad inflamatoria crónica o una enfermedad autoinmune, que igualmente es distinto según la región del planeta de nuestros ascendentes.
El autor Luis Barreiro, explica que “hay una clara tendencia hacia una mayor capacidad de respuesta a las infecciones entre los individuos con ascendencia africana”. Esto, tras realizar una investigación en la que observaron cambios en un único gen que codifica un receptor muy importante del sistema inmune.
Según Barreiro, en una investigación científica que realizó, se encontraron evidencias de que el sistema inmune de los ‘europeos’ incluye algunas variantes ‘débiles’ tomadas de los neandertales que juegan un papel clave en la respuesta inmune, específicamente en la respuesta ante las infecciones virales.
Ante esto, Barreiro explica que “las bases genéticas y moleculares de las diferencias ancestrales en la susceptibilidad a las enfermedades siempre han sido un misterio”.
