Roma, 19 jul (dpa) – El cardenal alemán Gerhard Ludwig Müller, destituido recientemente por el papa Francisco al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, alertó en declaraciones a dpa sobre un culto excesivo al pontífice.
“Todo católico, sobre todo cada obispo y cada cardenal tiene una relación positiva y constructiva con el papa. Pero eso dista mucho de ser una adulación cortesana y una afectada subordinación, algo a lo que el papa Francisco siempre se ha manifestado contrario”, señaló el ex obispo de Ratisbona, de 69 años, en una entrevista con la agencia dpa en Roma.
Algunos, criticó Müller, tienen una “devoción papal hipócrita”, como si la divisa fuera: “El Santo Padre tiene una idea y nosotros lo seguimos incondicionalmente y llenos de admiración. El papa también es solo un ser humano. Eso quiere decir que no todo lo que hace y dice es de por sí perfecto e insuperable”.
Francisco destituyó a Müller como prefecto de la poderosa Congregación para la Doctrina de la Fe de forma inesperada a principios de julio en vez de prolongar su mandato. Como sucesor nombró al español Luis Francisco Ladaria Ferrer. La función de la congregación es velar por la correcta doctrina católica en la Iglesia.
El cardenal dijo desconocer los motivos de su destitución. “Cualquiera se puede imaginar lo que ello significa. Fui llamado a Roma por el papa Benedicto únicamente para este cargo. Normalmente se parte de la base de que es hasta los 75 años. Pero ahora se ha decidido otra cosa. A mí no se me acaba el mundo, puedo seguir haciendo muchas cosas por la iglesia”, manifestó.
En lo que respecta a los fieles, el cardenal expresó el deseo de que haya un menor culto al papa. “No debería surgir un culto a la personalidad” ni un turismo papal por el hecho de que el pontífice sea una persona muy cercana, opinó Müller. “En los tiempos de los medios de comunicación masivos es peligroso que la gente solamente aclame al papa o que viaje a Roma por sensacionalismo, para poder decir después ‘he visto al papa en primera fila y estaba muy cerca de él'”.
Müller se encuentra en medio de una polémica por sus años como obispo en Ratisbona, en el sur de Alemania, cuando se le encargó esclarecer las acusaciones de abusos físicos y sexuales contra los niños del famoso coro de la catedral.
Su tarea, según el informe final que investigó los hechos y que se hizo público el martes, presenta varias debilidades, entre ellas que el religioso no hubiese buscado el diálogo con las víctimas. La entrevista se llevó a cabo antes de que el informe fuese presentado.
Según el documento, al menos 547 niños del coro católico fueron víctimas de abusos, 67 de ellos de carácter sexual, entre 1945 y principios de los años 90. “Los afectados describieron sus años escolares (en el internado) como una prisión, como un infierno y como un campo de concentración”, señaló el abogado Ulrich Weber, encargado de arrojar luz sobre lo ocurrido.