Campesinos indígenas buscan recuperación de chinampas para garantizar su soberanía alimentaria

Fotografía de Gerald Valverde para El Mundo.

Xochimilco, 14 abr (elmundo.cr) – Un grupo de campesinos indígenas chinamperos se han unido mediante el proyecto Umbral Axochiatl con el objetivo de recuperar el sistema agrícola prehispánico de la chinampería,  para garantizar así su soberanía alimentaria.

En la actualidad el sistema chinampero enfrenta una serie de problemas como es la contaminación del agua, la desaparición de la fauna nativa, la urbanización desmedida y la pérdida de los saberes ancestrales que han sido cambiados por nuevas tecnologías que lo único que han ocasionado es un desequilibrio ambiental.

Fotografía de Gerald Valverde para El Mundo.

El Mundo entrevistó a uno de los fundadores del proyecto, el campesino indígena Dionisio Eslava Sandoval, que nos comentó que “el proyecto es ambicioso por así decirlo, porque trata de crear conciencia de la importancia del lugar como un reservorio de flora y fauna”.

“Los campesinos estamos tratando realmente de reavivar nuestra cultura y para eso ha sido todo un diálogo de 16 años, del cual ya estamos viendo avances muy significativos y esperamos que más adelante se siga sumando más gente, esto sin esperar nada del gobierno, porque ellos nada más están de paso”, agregó.

Para Eslava la importancia de recuperar las chinampas es que “nosotros de esto vivimos, es un patrimonio que tenemos que preservarlo para las siguientes generaciones, es un patrimonio vivo, el agua, las plantas, los animales, que de una manera directa e indirecta genera empleos y fortalece nuestra soberanía alimentaria”.

Fotografía de Gerald Valverde para El Mundo.

Según indicó Eslava, ellos como campesinos de Xochimilco tienen la responsabilidad de crear las condiciones necesarias para que la comunidad se reorganice y garantizar que el proyecto de la chinampería vuelva a ser viable, pero para eso es necesario fortalecer las capacidades de cada uno de los individuos y volver a empoderarse como comunidad.

“Nuestra trayectoria ha sido muy dura, pero eso también nos ha enseñado mucha disciplina, como campesinos nos fortalecimos desde muy niños para este tipo de trabajo, nosotros tenemos que sacar los frutos de la tierra porque de eso sobrevivimos”, agrega.

Eslava es claro en que en la actualidad son muy pocos los campesinos que aún conservan los conocimientos de la chinampería, por lo que “la idea es juntar todos estos conocimientos y aplicarlos de una forma más directa, compartiendo los conocimientos con la comunidad campesina y con la comunidad académica, porque muchos son tan cuadrados que es bien difícil hacerlo, y también con la sociedad, porque la sociedad también tiene que conocer de dónde obtiene los alimentos y cuál es el trabajo y el esfuerzo que hacen las zonas rurales por llevarle la alimentación”.

Fotografía de Gerald Valverde para El Mundo.

“Los grandes acuerdos nacionales como internacionales acerca de cómo paliar el cambio climático, hemos visto que no ha habido muchos resultados y eso si es lastimoso, mientras los grandes toman acuerdos el cambio sigue y sigue, no para, ni va a parar, porque no paran las industrias, no para la contaminación, no para la explotación de la tierra y esto está generando un verdadero caldo de cultivo muy peligroso y si no sumamos a la ciudadanía y a muchos factores, no vamos a ser capaces de revertirlo”, añadió.

Este campesino tiene claro que en la lucha contra el cambio climático las comunidades indígenas deben ser actores directos porque es un problema de todos “ambientalmente estamos muy mal y debemos crear conciencia que nuestro planeta no es un basurero”.

Como parte del proyecto de restauración del sistema de chinampas inauguraron hace poco el Centro Compostero, para detener el excesivo uso que se le ha dado de los agroquímicos en la zona, mediante el aprovechamiento de los recursos naturales para obtener productos sanos para la alimentación de la población.

“También tenemos otro proyecto que es el banco de semillas, creo que muchos pueblos tienen ese gran potencial, potencial que desgraciadamente las grandes transnacionales como Monsanto y Bayer se han ido apropiando de todas las semillas a nivel mundial, yo a eso le llamo un nuevo tipo de esclavitud, porque nos están condicionando “, mencionó Eslava.

Fotografía de Gerald Valverde para El Mundo.

“Tenemos que recuperar todo ese acervo genético de semillas, por nosotros mismos, porque esto si nos da seguridad alimentaria, no prescindir siempre de los paquetes tecnológicos, te vendo la semilla pero te vendo todos los venenos y esto impacta a la economía, a la salud y al medio ambiente”, dijo.

El proyecto también busca un turismo ecológico, no de grandes hoteles y restaurantes que no están en armonía con su cultura, sino de pequeñas empresas comunales que realmente le muestren al visitante la riqueza de Xochimilco.

Eslava cuenta que “hubo un tiempo en que al indígena, al campesino, se le marginó mucho y para que eso no sucediera nuestros mayores nos mandaron a la escuela y nos decían si te preguntan de dónde eres, tú les dices que eres del Centro, y entonces desde ahí te van quitando tu identidad, no vayas a hablar tu lengua porque entonces tú eres indio, entonces fueron las formas en que te fueron desculturizando”.

“Hoy en día lo que tratamos, y se está haciendo, es regresar a nuestros orígenes, aplicando todo el conocimiento aprendido de los mayores, todas las técnicas, el trabajo, observar el cielo, observar semillas, reconocer el frío y el calor de la tierra, oler la humedad, observar los animales que te dicen como viene el clima. Hay campesinos que ya empiezan a bajar con toda la familia, eso es rico, porque le estas entregando el conocimiento platicando, entonces llega el nieto o el bisnieto y te pregunta cómo le hacías abuelito, y ya se empieza a transmitir el conocimiento”, concluye.

Fotografía de Gerald Valverde para El Mundo.

Las chinampas son declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en el año de 1987 por ser un ejemplo eminente de formas tradicionales de asentamiento humano o de utilización de las tierras representativas de la cultura y la interacción del ser humano y su entorno natural. Además la declaratoria resalta que la red de canales e islas artificiales son un testimonio excepcional de los aztecas, por construir un hábitat en medio de un entorno desfavorable.

Mientras que para el 2002 la FAO emite la iniciativa de los Sistemas Ingeniosos del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM), se trata de un programa mundial para la conservación y la gestión sostenible de sistemas agrícolas originales, cuya finalidad es fortalecer los lazos entre el patrimonio agrícola y cultural, que identifica a la chinampería como una técnica sustentable.

Es urgente que se logre recuperar en la zona central de México el sistema chinampero ya que brinda para sus pobladores una opción importante para obtener una producción sustentable de alimentos y de recuperación de una serie de especies que se han perdido por la contaminación.

Tomar como ejemplo los sistemas agrícolas sustentables del pasado precolombino les brinda escenarios productivos a los agricultores actuales, que pueden aplicarlos según se adapten a los ambientes y geografías que ocupan.

La FAO ha señalado que la mayoría de alimentos que se producen actualmente son cultivados mediante el sistema de agricultura familiar, que ha logrado conservar la variabilidad y diversidad de productos en los distintos países y zonas del planeta.

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