Cochabamba, 23 nov (VOA) – La crisis hídrica que afecta a Bolivia debido a la sequía y las altas temperaturas, obligó a las autoridades a recurrir a una particular técnica de “siembra” o “bombardeo” de nubes, que ya había sido usada en 2016 y 2017.
Esta técnica consiste en provocar lluvias aplicando yoduro de plata a las nubes. Su eficiencia podría llevar a que la estrategia se replique en otras regiones del país.
“Son 14 disparos que se han realizado el día de hoy en parte del Cono Sur y hacia el valle alto de Cochabamba (…) Sí está lloviendo en algunas zonas, entonces eso nos da un resultado excelente”, dijo a la Voz de América Fernando Fernández, Jefe Unidad Gestión de Riesgos de Cochabamba, un departamento en centro de Bolivia.
Recientemente, el departamento de Beni, en la zona amazónica boliviana, se declaró en desastre y en la misma situación se encuentran más de 100 municipios en todo el país, uno de estos es Tarata, en Cochabamba, donde la VOA sobrevoló poblaciones afectadas en una aeronave de la Fuerza Aérea Boliviana.
El lago Titica, que se extiende por la frontera entre Perú y Bolivia, uno de los más grandes en América del Sur, también ha vivido los estragos de la sequía.
Los niveles de agua del Titicaca están alcanzando mínimos históricos, empeorados por el fenómeno meteorológico de El Niño, que disminuye las lluvias en la zona, y agravando una prolongada sequía y temperaturas elevadas poco frecuentes.
Científicos señalan que condiciones climáticas extremas de este tipo se están volviendo cada vez más comunes a nivel mundial debido al cambio climático, que también intensifica los efectos de El Niño.
La sequía se acerca a niveles críticos para la agricultura de la región. Si no llueve a principios de diciembre no habrá siembra de patatas, uno de los alimentos básicos de las comunidades rurales y las ciudades de Bolivia.
Alrededor de la masa de agua, especialmente en el “Lago Menor”, más pequeño y menos profundo, las aguas se han retirado de la orilla, en parte debido a la falta de lluvias, las altas temperaturas y el retroceso de los glaciares andinos, cuyas aguas de deshielo normalmente lo alimentan.
La disminución del lago Titicaca refleja un problema regional e incluso mundial, que según los expertos está relacionado con el cambio climático.
“El 95 % de la pérdida de agua del lago es debido a la evaporación, lo que demuestra que es totalmente (por causa) del cambio climático”, afirmó a Reuters Xavier Lazzaro, especialista en sistemas acuáticos del instituto de investigación francés IRD.
Abel Córdova, un residente de Tarata, una ciudad en Cochabamba, aseguró que pese a ya estar en tiempo de siembra “no hay lluvia, no hay agua, ni para regar nos está alcanzando, apenas para el consumo humano. Todo se está secando, una pena no hay ni para los animales (…) Si no hay agua, no hay vida”.