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Analistas dicen que último debate republicano sólo sirvió “para ver quién queda segundo después de Trump”

Washington, 11 ene (VOA) – El último debate de las primarias republicanas con Ron DeSantis y Nikki Haley fue presentado como “un duelo cara a cara”, con el objetivo de que el electorado tuviera más claro a la hora de escoger una posible alternativa a Donald Trump, el candidato que, por ahora, sigue liderando todas las encuestas.

Según los expertos consultados por la Voz de América, el debate que tuvo lugar en Des Moines, Iowa, y días antes de que se lleven a cabo los caucus, “tuvo poca sustancia” y “no fue determinante”, por lo que acabó siendo una batalla dialéctica “para ver quién podría quedar segundo” en las primarias republicanas.

“Obviamente Donald Trump está posicionado para ganar por un buen margen y estas dos personas están compitiendo por un segundo lugar. Ambos se pasaron el debate atacándose, con muy poca discusión”, dijo Thomas Kennedy, analista de tendencia más liberal especializado en campañas políticas.

En esa misma línea, Luis Alvarado, analista conservador, también recalcó que tanto DeSantis como Haley “están peleando por un segundo lugar”, a pesar de que el escenario puede cambiar debido a las causas judiciales a las que tiene que hacer frente Trump.

“Aunque se tiraron manotazos y lodo a morir, los dos están peleando por un segundo puesto. Aunque, tal vez, podrían tener la oportunidad de representar al Partido Republicano si algo terrible le ocurriese al expresidente Trump”, indicó Alvarado al respecto.

La ausencia de Trump

El expresidente Trump, a pesar de cumplir con los requisitos para participar en el debate republicano, rechazó asistir al evento y prefirió realizar una intervención en un cabildo abierto en la cadena Fox News. El consultor político Javier Maza, que ha trabajado en la estrategia de varias campañas en Estados Unidos, aseguró que el magnate estadounidense está siguiendo “la regla de la comunicación política” al no asistir a este tipo de eventos, incluso teniendo el respaldo de una amplia mayoría en los sondeos.

“Estaría siguiendo el manual de debates que dice que si vas arriba más de 15 o 20 puntos es mejor que no vayas porque no te conviene, pero yo siempre digo que las reglas de la comunicación política son relativas y se tienen que aplicar en el escenario que se está viviendo”, dijo Maza al respecto en declaraciones a la VOA.

Con todo, los expertos señalan que Trump volvió a convertirse en el otro protagonista de la noche del debate, en tanto que ambos candidatos hicieron claras alusiones a la hora de criticar las políticas y propuestas del exmandatario, pero sin “contundencia”, dijo Kennedy.

“Nikki Haley y Ron DeSantis están obviamente desesperados por tener más atención y porque saben que no pueden sobrepasar a Donald Trump, y eso se ve en sus discursos. Se nota que no tienen ninguna salida, que sus discursos no son fuertes porque no tienen contundencia para ganar”, explicó el analista.

Además, señaló que ambos candidatos “casi se vieron obligados” a asistir al debate organizado por CNN, la cadena de televisión que transmitió el evento político, para tratar de convencer a algunos de sus electores, pero que, en otros tiempos, “un candidato republicano para la presidencia jamás aceptaría ir a un debate promocionado por CNN, que es un canal más liberal”.

Menciones a Venezuela

El gobernador de Florida mencionó a Venezuela al criticar el acercamiento de la Casa Blanca con el Palacio de Miraflores para buscar una alternativa a los altos precios del petróleo, mientras que Haley habló de las olas de migrantes venezolanos que han llegado a Estados Unidos por las políticas impulsadas por el presidente Joe Biden.

“Me parece correcto que se aborden estas cuestiones en un debate de este tipo, principalmente porque la frontera debe asegurarse”, dijo Fernando Godo, otro analista independiente.

Al mismo tiempo, recordó que Trump tampoco pudo impulsar políticas migratorias más severas durante los cuatro años que estuvo en el sillón de presidente en Washington DC porque “tuvo oposición de su propio partido” y “no hubo voluntad de hacerlo”.

Inmigración

En un momento de la noche, los candidatos también se refirieron a la cuestión migratoria. Ron DeSantis defendió la construcción del muro prometiendo que si llega a ser presidente de Estados Unidos va “a terminar el muro” y aseguró que “México pagará por ello. En esa línea, recordó que Trump “deportó menos personas que Barack Obama” y criticó que en estados como California se esté protegiendo a la comunidad inmigrante indocumentada “incluso dando protección sanitaria”.

Por su lado, la exembajadora de EEUU ante la ONU aseguró que ella defiende las leyes porque Estados Unidos “es un país de ley”. Al mismo tiempo, recordó que ella fue una de las impulsoras del sistema E-Verify, que permite que las empresas puedan verificar el estatus de los candidatos para asegurar que pueden trabajar legalmente en el país.

Durante su intervención, también estuvo de acuerdo con “quitar los fondos” a las ciudades santuario y reimplementar de nuevo la regla de “permanecer en México”, para que los solicitantes de asilo permanezcan en el país vecino mientras un juez de inmigración decide su caso.

“Ambos se ven obligados a pelear por un puesto en el Partido Republicano que ahora es más derechista que nunca”, dijo Alvarado, pero aclaró que “muchas de las leyes (migratorias) están rotas porque ni siquiera los republicanos han tenido interés en repararlas”.

“Así que es importante reconocer que es un punto donde ambos se juntan y se pelean para ver quién es más anti-inmigrante que el otro”, comentó el analista de tendencia conservadora.

“Debería haber más interés por la comunidad latina”

Además de la cuestión migratoria, que supone un tema de interés para la comunidad hispana, también se abordaron políticas económicas, la educación, la guerra entre Hamás e Israel y las ayudas a Ucrania, entre otros.

Los expertos consideraron que se debería tener más en cuenta la “creciente presencia de los latinos” en Estados Unidos ya que prácticamente ni se menciona en este tipo de eventos ni tampoco en las campañas electorales. “Los candidatos a la presidencia lo que están viendo es un mapa político, no un mapa nacional de unificación, porque necesitan ganar estados y los latinos no están en el juego de los estados que son púrpuras”, indicó Alvarado en referencia a los estados péndulo, aquellos cuyas encuestas son incapaces de identificar si son de mayoría demócrata o republicana.

“Me hubiese gustado ver cómo los candidatos hablaban de temas más sustanciales, que interesan mucho más a los hispanos, como el tema del acceso a la vivienda, los precios en los supermercados, la inflación”, dijo Kennedy, lamentando que “perdemos el tiempo con cosas que distraen de los problemas reales”.

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