Redacción, 27 set (elmundo.cr) – Con la muerte de la jueza Ruth Bader Ginsburg, símbolo de resistencia pública y de justicia social, se desencadenó una batalla política entre republicanos y demócratas por el control de la Corte Suprema, por el nombramiento del sucesor de la fallecida magistrada.
Hasta este momento, el alto Tribunal estaba conformado por 5 jueces de corte conservador y 4 del ala liberal, por lo que un nuevo nombramiento de Trump inclinaría aún más la balanza hacia los conservadores con una conformación de 6 a 3 respectivamente.
Este sábado la Casa Blanca anunció la nominación de Amy Coney Barrett para ocupar la plaza vacante, a sus 48 años, si es confirmada por el Senado, será la quinta mujer en acceder a la Corte.
Barret es una mujer católica practicante, tiene siete hijos y cuenta con el apoyo de agrupaciones contra el aborto que encuentran en ella una aliada del movimiento provida.
Barrett, al aceptar la nominación explicó que “entiendo a cabalidad que esta es una decisión crucial para el presidente, y si el Senado me hace el honor de confirmarme le prometo cumplir las responsabilidades de esta posición con lo mejor de mi capacidad. Amo a los Estados Unidos y amo la constitución de los Estados Unidos”.