Alemania reabre su embajada en Siria después de 13 años

La ministra de Relaciones Exteriores alemana, Annalena Baerbock, visita uno de los barrios arrasados de Damasco. La acompaña el político conservador de la CDU Armin Laschet (en la imagen, a la derecha de Baerbock). Foto: Hannes P. Albert/dpa

Alemania reabrió hoy su embajada en Siria, que llevaba cerrada desde 2012 por el estallido de la guerra civil, coincidiendo con la visita a Damasco de la ministra de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock.

La reapertura se produce tras el derrocamiento en diciembre del líder sirio Bashar al Asad y, según explicó Baerbock, en ella trabajarán un número reducido de diplomáticos para ayudar en la estabilización y reconstrucción del país árabe.

La política verde explicó que, debido a que todavía no se han completado todas las medidas de seguridad, los diplomáticos alemanes también trabajarán desde otros lugares distintos a la propia embajada.

Incluso antes de su llegada a la capital siria, Baerbock se encargó de prometer a los sirios ayuda humanitaria continua y una flexibilización de las sanciones económicas que todavía pesan sobre el país, aunque bajo ciertas condiciones.

“Un nuevo comienzo político entre Europa y Siria, entre Alemania y Siria, es posible”, dijo la ministra. “Pero esto también va unido a unas expectativas claras de que la libertad, la seguridad y las oportunidades en Siria sean para todas las personas, para mujeres y hombres, para personas de todas las etnias y religiones”, añadió.

La reapertura de la embajada un paso significativo en el reestablecimiento de las relaciones entre Alemania y Siria. El país europeo cuenta entre su población con más de un millón de residentes sirios, muchos de los cuales huyeron de su país durante la guerra civil.

El conflicto terminó a fines del año pasado con la caída de Al Asad, quien huyó a Rusia cuando su régimen colapsó tras una ofensiva relámpago liderada por el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS).

Desde entonces, un Gobierno de transición dirigido por el presidente Ahmed al Sharaa ha estado trabajando para restablecer la seguridad y reactivar la destrozada economía del país tras más de una década de conflicto.

En su visita de hoy, Baerbock se reunió nuevamente con Al Sharaa, con el que ya había mantenido un encuentro en enero. Como sucedió en aquella ocasión, el líder árabe no estrechó la mano de la política alemana al saludarse.

La presencia en Damasco de Baerbock se produce apenas dos semanas después de violentos enfrentamientos en el noroeste de Siria. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres, contabilizó más de 1.500 personas asesinadas, la mayoría de ellas civiles de la minoría religiosa alauita, a la que pertenece Al Asad.

En declaraciones realizadas desde Beirut antes de su vuelo a Siria, Baerbock condenó el “asesinato selectivo de civiles”, calificándolo de “terrible crimen” y lamentando el daño significativo que ha provocado a la hora de confiar en el Gobierno de transición sirio.

Alemania anunció el lunes que aportará otros 300 millones de euros (327 millones de dólares) para mitigar las catastróficas consecuencias de la guerra civil en el país. En un comunicado de prensa se indicó que el dinero se utilizará principalmente para ayuda humanitaria, pero también para apoyar a la sociedad civil y al sistema educativo.

Asimismo, los fondos serán destinados a ayudar a los refugiados sirios y a las comunidades de acogida en Jordania, Líbano, Irak y Turquía.

“Todas las medidas en Siria no se llevarán a cabo con el gobierno de transición sirio, sino exclusivamente a través de agencias de ayuda de la ONU y organizaciones no gubernamentales”, detallaba el comunicado.

En la embajada alemana en Damasco trabajaban entre 25 y 30 diplomáticos y unos 20 empleados locales. Era, por tanto, una representación diplomática de tamaño medio. En 2012 se cerró por motivos de seguridad y ha estado vacía desde entonces.

Cuando Baerbock visitó el edificio en enero, durante su primera visita a Damasco tras la caída de Al Asad, todavía colgaba en la pared un retrato del expresidente alemán Christian Wulff, cuyo mandato se extendió del 2010 al 2012. En los últimos años, un empleado local que lleva 26 años trabajando en la embajada se ha encargado del edificio.

Ahora está previsto que la representación sea dirigida en un principio por el diplomático Stefan Schneck, que actuará como encargado de negocios. El nombramiento de un embajador se producirá más adelante.

La reapertura de la embajada permitirá, por ejemplo, mantener un contacto más estrecho con la sociedad civil y reaccionar de forma directa e inmediata ante cualquier problema grave, según fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores. Sin embargo, al igual que en los últimos años, la expedición de visados correrá a cargo de la embajada en Beirut, Líbano.

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