San José, 31 mar (elmundo.cr)- En el 2016, el estado de Carolina del Norte, en Estados Unidos, adoptó una ley discriminatoria contra las personas transgénero sobre el uso de baños públicos. Debido a su oposición a esta ley, las empresas PayPal y Deutsche Bank cancelaron planes de expansión en el estado, lo cual le costó a su economía por lo menos 650 empleos directos. Más de 80 ejecutivos de empresas como Apple, Microsoft, Facebook, Pfizer y Disney escribieron una carta al entonces gobernador pidiéndole derogar la ley. Maroon 5, Bruce Springsteen, Ringo Starr, Pearl Jam, Demi Lovato y Nick Jonas cancelaron conciertos, el estudio LionsGate decidió trasladar la filmación de una nueva serie de televisión y la Asociación Nacional de Basquetbol (NBA) decidió cambiar la sede de su All-Star Game. En total, se estima que la ley le costó a la economía de Carolina del Norte más de $630 millones en negocios perdidos, una de las razones por las que fue eventualmente derrogada.
En diciembre del 2013, el Parlamento de Uganda aprobó una ley que castigaba con cadena perpetua a personas homosexuales “reincidentes”. Múltiples organizaciones de derechos humanos alrededor del mundo e, incluso, el Embajador de Estados Unidos en Uganda advirtieron sobre el impacto económico que tendría esta ley. Efectivamente, unos días después de que la ley fue aprobada, Richard Branson, el Gerente General del Grupo Virgin –que agrupa de más de 400
empresas, incluyendo la aerolínea Virgin Atlantic– anunció que ya no haría negocios en Uganda.
“Invito a otras empresas alrededor del mundo a hacer lo mismo. Uganda debe reconsiderar o va a encontrarse aislada por turistas y empresas de todo el mundo”.
Hace dos semanas, el territorio británico de Bermudas se convirtió en la primera jurisdicción del mundo en revocar el matrimonio entre parejas del mismo sexo. A raíz de esta decisión, se inició un boicot del turismo a la isla a través del hashtag en Twitter de #BoycottBermuda. Ya hay reportes de que varias empresas de cruceros están reconsiderando si mantienen a Bermudas entre sus destinos, por la gran cantidad de turistas LGBTI que ya no se sentirán bienvenidos o
bienvenidas en las islas. Está por verse el daño que esta decisión le va a causar a esta economía que depende tanto del sector turismo.
Al decidir nuestro voto el próximo 1 de abril, debemos tomar en cuenta el daño que le causaría a la economía costarricense elegir a un presidente con políticas abiertamente discriminatorias hacia la población LGTBI. La reputación internacional de Costa Rica, nuestra ‘marca país’ como defensor de los derechos humanos, está en grave riesgo. Un repaso rápido de cómo los titulares de los medios de comunicación internacionales han reportado sobre nuestras elecciones deja más que claro el ridículo internacional en el que nos convertiríamos si elegimos como presidente a un señor cuya plataforma electoral se ha basado casi exclusivamente en su oposición a los derechos de la población LGTBI.
Comencemos por el turismo, que genera el 5,8% de nuestro producto interno bruto (unos $3,6 mil millones anuales a nuestra economía). Además de nuestras bellezas naturales, una de las razones por las cuales Costa Rica recibe tantos turistas es por nuestra imagen como un ejemplo de democracia y defensa de los derechos humanos. En América Latina crece cada día más el respeto por los derechos LGTBI; ya Uruguay, Colombia, México, Brasil y Argentina reconocen
el matrimonio igualitario. En un contexto regional cada vez más tolerante, ¿estamos dispuestos a asumir el costo de ser percibidos a nivel mundial como un país intolerante? ¿Se imaginan la tristeza y la vergüenza que sentiríamos ante una campaña de #BoycottCostaRica? ¿O cuando artistas internacionales decidan cancelar sus conciertos en nuestro país por tener un gobierno discriminatorio?
Es por ello que en días recientes las cámaras principales del sector turismo han manifestado su preocupación sobre el impacto que el discurso discriminatorio contra la población LGTBI tendrá en la imagen internacional de nuestro país. Estos empresarios y empresarias saben que el turismo LGTBI es una parte importante del turismo que recibimos en Costa Rica. Aunque no existen cifras exactas sobre su impacto en Costa Rica, la Organización Mundial de Turismo y el
Consejo Mundial del Viaje y Turismo calculan que el turismo LGTBI representa cerca del 10% del flujo de turistas a nivel mundial y el 15% del gasto mundial en turismo. Además, calculan que el turismo LGBTI crece a un ritmo anual del 10,3%, más del doble que el turismo en general (3,8%).
Además del turismo, debemos considerar que las empresas más grandes del mundo tienen claro el valor del respeto a la diversidad y a los derechos humanos, como lo señalan varios estudios del Banco Mundial y del Foro Económico Mundial. Según la revista Forbes, el 91% de las empresas Fortune 500 tienen políticas anti-discriminación contra personas LGTBI. Las empresas cada vez están más comprometidas con estos valores y tomando posiciones firmes, incluyendo sobre posibles inversiones, para avanzar los derechos de la población LGTBI, como lo demuestran los ejemplos anteriormente mencionados.
En Costa Rica, varias de las empresas más importantes y generadoras de más empleos tienen políticas de apoyo a la población LGTBI. En nuestra Marcha de la Diversidad anual para celebrar los derechos de las personas LGTBI, desfilan orgullosamente delegaciones de Procter & Gamp; Gamble, Intel, Amazon, Coca-Cola, Sykes, Citi, Hewlett-Packard, IBM y Boston Scientific, entre otras. Quince empresas integran el Bloque Empresarial LGBTI de la Alianza Empresarial para el Desarrollo, lo cual significa que tienen políticas empresariales de inclusión para personas LGTBI. Si Deutsche Bank y PayPal cancelaron inversiones multimillonarias por una ley discriminatoria contra la población trans en Carolina del Norte, es muy posible que empresas multinacionales reconsideren invertir en Costa Rica si tenemos un presidente que ha dicho que el primer acto de su mandato sería derogar un decreto emitido por el actual gobierno en contra de la
discriminación hacia la población LGTBI.
El 1 de abril decidiremos el destino de nuestro país y también la imagen que le queremos demostrar al mundo. Debemos tener mucho cuidado. Pongamos atención a las palabras de advertencia del empresario Steve Aronson, fundador de Café Britt y una de tantas personas extranjeras que se han enamorado de nuestro país: “Al igual que el amor hacia una marca, el respeto por un país es un activo frágil. […] El perjuicio a nuestra imagen dañaría no solamente el turismo y la atracción de inversiones, sino también a nuestros productos icónicos de exportación como el café y el banano, y pondría en peligro el empleo de los cien mil ticos que laboran en zonas francas. Ninguna empresa y muy pocos consumidores quisieran verse asociados con un país en el que se pierde el respeto por los derechos humanos…”.
Proteger y defender los derechos humanos es parte de nuestros valores y nuestra riqueza. Seamos consecuentes y rechacemos de manera contundente la discriminación y la exclusión.
Danny Brenes es periodista