San José, 14 sep (elmundo.cr) – Mediante una carta un grupo de organizaciones, empresas y ciudadanos señalan que “la idea de retomar actividades de exploración y explotación de hidrocarburos no tiene ningún sentido para el país”.
Además, insisten en que el desarrollo sostenible y amigable con el ambiente que ha forjado Costa Rica en las últimas décadas, nos ha traído grandes beneficios económicos, captando inversiones, posicionando nuestros productos exportados y atrayendo turistas”.
Las razones por las que se oponen son las siguientes:
- No existe exploración, perforación, ni extracción de hidrocarburos sostenible. Aunque se utilice tecnología de punta y se tomen todas las precauciones posibles, todas las actividades petroleras del mundo tienen accidentes, fugas de gas y derrames grandes o pequeños. Esto es cierto incluso en Noruega, donde entre el 2004 y el 2020 se dieron más de 3500 accidentes, de los cuales 492 se consideran accidentes con grandes impactos en la biodiversidad y la salud. Y sin ir tan lejos, hace tan sólo un mes una explosión de gas natural en el Golfo de México dejó varias personas muertas y otras desaparecidas. Además, las exploraciones que se hicieron décadas atrás en Costa Rica indican que los yacimientos de gas natural que podrían haber en el país están ligados a yacimientos de petróleo. Esto significa que es poco probable que se pueda sacar uno sin el otro. Así que al explorarlos también se corre el riesgo de derrames que podrían llenar de petróleo nuestras costas, mantos acuíferos y biodiversidad. Más allá de los riesgos y la afectación ambiental inmediata en el proceso de extracción, explotar gas natural contribuye a aumentar el calentamiento global igual que el petróleo. El argumento de que el gas es un combustible “más limpio” se basa en que emite menos CO2 cuando se quema pero deja de lado que durante su extracción se fuga metano (su principal componente). Según las Naciones Unidas en un período de 20 años, la capacidad de calentamiento del metano es 80 veces más potente que la del dióxido de carbono. Expertos calculan que para tener 50% de posibilidades de mantener el calentamiento global en 1,5 grados centígrados, se debe dejar la mitad de las reservas ya probadas del mundo bajo tierra. Iniciar exploración y producir gas a estas alturas, sabiendo el grave daño que los combustibles fósiles le causan al planeta, sería no sólo inmoral sino que también estaríamos aumentando nosotros mismos los efectos que ya estamos sufriendo con las sequías e inundaciones. La única verdadera solución es la descarbonización.
- No es un buen negocio para el país. Costa Rica es un mercado muy pequeño, y para sacarle réditos a la explotación de gas natural habría que competir en el mercado internacional. Competiríamos con países que son grandes potencias en el negocio, con años de experiencia y cantidades de reservas de gas ya probadas más de 50 veces mayores que las que se sugiere existen en Costa Rica. Las reservas prospectadas en el país se basan además en cálculos hipotéticos cuyas fuentes no son aún de acceso público. Si se decidiera que sea el Estado el que lleve a cabo la exploración y posible explotación, tendríamos que financiarlo ya sea por medio de nuevos impuestos o por medio de un préstamo. Los bancos internacionales hoy en día no financian proyectos con fósiles por la gran cantidad de riesgos que conlleva y porque la mirada internacional está dirigida a que sus fondos financien la transición energética hacia las energías renovables. Lo mismo aplica para las aseguradoras. Ya anteriormente la Contraloría de la República se ha pronunciado sobre este tema anotando que cualquier tipo de actividad petrolera es de altísimo riesgo para Costa Rica y podría resultar en activos varados con enormes pérdidas para los ciudadanos. Si se hace la explotación por medio de una concesión, el país quedaría comprometido a darle ciertas condiciones y garantías mínimas a la empresa, que podrían significar poco o nulo ingreso para el país. Correríamos el riesgo de que nos pase como a Perú, donde al no poder competir con el mercado internacional por sus altos costos, tuvieron que crear nuevos mercados internos para cumplir con los ingresos prometidos a la concesionaria, comprando el producto nacional más caro que el importado. Esto hizo que la matriz eléctrica de Perú retrocediera y pasara de ser casi totalmente renovable a partir de hidroeléctricas, a tener hoy en día un 40% de gas natural.
De igual forma manifestaron que “otro ejemplo del riesgo financiero es el caso de Nicaragua, donde desde el 2015 se le otorgó un contrato de exploración en el Mar Caribe a la empresa petrolera estatal de Noruega, la cual 7 años y muchos millones después decidió irse del país porque no encontró cantidades comercializables. Es importante recordar que las reservas de Nicaragua eran tan prometedoras como las que algunos quieren hacernos creer que tenemos en Costa Rica”.
“La marca sostenible que hemos construido le trae ganancias al país. Queremos una Costa Rica que siga liderando a nivel mundial en temas de energías renovables, de desarrollo sostenible, de democracia y de paz. El país tiene todo lo necesario para investigar, innovar y producir las energías y tecnologías del futuro, no hace falta volver a negocios del pasado”, aseguran.
La carta fue firmada por: