San José, 4 ago (elmundo.cr) – Dragos Dolanescu, diputado independiente, ha experimentado cambios vertiginosos en su perfil político en un lapso de apenas dos semanas. Hoy ya no es un legislador apátrida, pues hace apenas una semana, el 29 de julio, anunció la inscripción de su nuevo partido político Costa Rica Justa (CRJ) para las elecciones presidenciales del 2022. Y un día después, para sorpresa de muchos, el exliberacionista Rolando Araya Monge anunciaba su candidatura presidencial con el partido recién fundado por Dolanescu.
La noticia ocasionó oleaje fuerte en el mar de candidatos a la presidencia para el 2022. Y no hay duda de que tambaleó los barcos en el muelle del aspirante José María Figueres Olsen. Tras la convención liberacionista, Araya hizo público su desencuentro con Figueres. Se asumía que Araya le daría su apoyo al hoy candidato. Sin embargo, no lograron un acuerdo para que Araya se mantuviera en las filas verdiblancas con las condiciones impuestas por el oriundo de Palmares.
“No me fui, me echaron”, afirmó Araya en su presentación como candidato y en entrevista en varios medios mostrando su disconformidad con la actitud de Figueres. Hoy Araya corre bajo una nueva divisa presidida por Dragos Dolanescu.
Desde su despacho, Dolanescu hoy lee con atención el informe de la última encuesta realizada por OPol Consultores. Como si estuviera siguiendo el minuto a minuto de una etapa ciclista, el diputado destaca que Rolando Araya se ubica en el segundo puesto entre los votantes ya decididos a emitir el voto con candidato ya definido. Lo supera Fabricio Alvarado por 4 puntos porcentuales en la cima, y Figueres está abajo en el tercer lugar, rezagado por un punto.
“Eso está muy bien… Y eso que no ha comenzado la campaña todavía”, apunta.
EL MUNDO se sentó con el presidente de Costa Rica Justa para conversar sobre los hechos ocurridos en las últimas semanas y dimensionar el impacto de la inscripción de CRJ para las elecciones y la candidatura de Rolando Araya.
La designación de Rolando Araya como candidato de CRJ tomó por sorpresa al ámbito político. ¿Cómo lograron concretar ese acuerdo entre el partido y el candidato?
Hicimos una negociación muy transparente con don Rolando. En CRJ reconocimos en él un candidato capaz de acabar con la polarización tan grande que existe en el electorado. Rolando es una persona estudiosa, experimentada, muy capaz y con muy buenas ideas para encauzar al país hacia una ruta recuperación económica, reconciliación entre posiciones extremas y un político que tiene claro qué es lo que necesita Costa Rica hoy para recuperarse.
Varios partidos hicieron lo mismo que ustedes, pues lo buscaron apenas terminó la convención del PLN. ¿Qué le ofreció CRJ que hizo que Araya se decidiera por ustedes?
Supimos leer la determinación de Rolando para incidir en el futuro de Costa Rica y entendimos que debíamos ofrecerle un ambiente de confianza para que él pudiera elaborar y desarrollar su propuesta. Básicamente no condicionamos su candidatura a cumplir exigencias partidarias que nos impidieran concretar acuerdos. Tuvimos una conversación muy honesta y abierta sobre lo que ambas partes esperaban. Le dimos espacio a su gente, y su grupo le dio espacio a la nuestra. Las conversaciones fluyeron y logramos un acuerdo donde las partes están satisfechas.
Vemos que mucha gente critica, sobre todo en redes sociales, que ustedes dos políticamente son como el agua y el aceite. Usted es de derecha y Araya es social demócrata. ¿Es CRJ un partido contradictorio o ideológicamente perdido?
Eso es una apreciación extremadamente simplista de ver las cosas. Yo creo que Costa Rica necesita hoy personas que busquen puntos en común y trabajar sobre eso que sacar las diferencias y buscar excusas para no colaborar. Los últimos años hemos visto cómo nos han tratado de dividir para neutralizarnos como pueblo. Le puedo decir con toda confianza que Rolando y yo tenemos muchas ideas en común y vamos a trabajar en ellas: nos oponemos a más impuestos, somos provida, queremos un uso eficiente de los recursos del Estado, queremos acabar con la inequidad en oportunidades entre la GAM y el resto del país. No se extrañe, no es la primera vez en Costa Rica que personas supuestamente en bandos opuestos dejan de lado sus diferencias ideológicas para sacar adelante al país. Eso es lo que vamos a hacer en CRJ con Rolando Araya como candidato.
¿Ustedes se llevan bien? ¿Hicieron química? ¿Cómo fueron esas primeras reuniones?
Yo como presidente de CRJ admiro el trabajo de Rolando. Me parece además que es una persona muy seria, estudiosa, con buenas ideas y que compartimos el deseo de enrumbar a Costa Rica hacia una ruta de prosperidad, de menos división y de más cooperación.
La candidatura de Araya provocó fuertes reacciones en el cuartel de Liberación Nacional. Por los comentarios en redes sociales, a Araya lo acusan de traidor, de ambicioso, de oportunista, de sediento de poder, entre otras cosas. ¿Le preocupa esa reacción?
Esas son los comentarios que se ven en redes sociales. Yo asumo que son una táctica de los simpatizantes de otros partidos, como el PLN, que se sienten amenazados con que Rolando Araya haya buscado casa fuera de Liberación. Yo me pregunto ¿de qué se extrañan? ¿Acaso no fue el mismo Jorge Oller (principal asesor de José María Figueres) quien le sugirió a Rolando que se saliera de Liberación y fundara un partido provincial para que corriera como diputado? Ahora que es consecuente y fue a buscar otra agrupación que lo recibió con brazos abiertos se convierte en el traidor y oportunista. Es irónico.
En el Plenario, algunos compañeros diputados han visto con buenos ojos esta alianza entre Rolando y CRJ. He de decir también que mis compañeros liberacionistas, entre broma y broma, me han recriminado por concretar esta unión. Todo siempre en buena lid, pero definitivamente es algo que causa una reacción fuerte en el campo verdiblanco. Pero todo bien, nos sacudimos las críticas y seguimos luchando para alcanzar el objetivo político.
¿Cuál es el objetivo político?
Luchar por la presidencia de Costa Rica, naturalmente.
¿Un partido recién formado piensa que puede alcanzar la presidencia?
¿Por qué no? Vea la última encuesta de OPol. Rolando está de segundo entre las personas decididas a votar que ya tienen su candidato. Y eso que no ha comenzado la campaña. Lo vemos como un objetivo alcanzable. Hay que creérsela.
¿Usted será candidato a la vicepresidencia en esta fórmula presidencial?
Eso lo estamos decidiendo despacio y con buena letra. Yo siempre dije que CRJ no se hizo para que girara en torno a mí. El partido es una plataforma para que las personas más aptas para ocupar los puestos de elección popular sean los que se postulen. Si hay otras personas diferentes a mí que pueden ayudarnos mejor a cumplir con nuestros objetivos, pues bienvenidos. Yo no pongo como condición ir en la fórmula presidencial.
Pero es su partido, usted y su gente lo hicieron desde cero.
Sí, pero CRJ no es de mi propiedad. Repito, es una plataforma para que las personas con las mejores cualidades lideren el partido y que logremos cambiar el rumbo del país. Los partidos políticos tienen que madurar, evolucionar. Queremos elegir alcaldes, regidores y síndicos. Queremos ser una opción política confiable para que los costarricenses vuelvan a confiar en los políticos.
Hablemos de la creación del partido. ¿Por qué hacer un partido nuevo cuando usted ya era presidente del Partido Republicano Social Cristiano? ¿No tenía más sentido construir sobre lo hecho por el Republicano?
El Partido Republicano es un capítulo cerrado en mi vida política. Decidí separarme de ese partido por diferencias irreconciliables con el liderazgo político de ese grupo.
Usted salió cuestionado de ese partido y miembros de la dirigencia interpusieron denuncias ante el TSE por decisiones que usted tomó como presidente.
Todos los cuestionamientos que la fiscal de ese momento, Daisy Orozco, hizo durante varias reuniones del comité ejecutivo del Republicano se evacuaron, una a una, a satisfacción. Yo estoy completamente tranquilo porque las cosas por las que se me cuestionó como presidente del Republicano fueron hechas con conocimiento y el aval del comité ejecutivo donde estaban presentes todos los que hoy me cuestionan. Tengo todos los documentos para probarlo. Esas denuncias obviamente tienen segundas intenciones. Igual puedo demostrar que todas las acciones que hice como presidente estaban amparadas en la legalidad. Mi salida no tiene que ver con mis acciones como presidente. Tiene que ver con diferencias políticas muy profundas con la dirigencia de ese partido.
Es la segunda vez que lo dice, ¿A quiénes se refiere cuando habla de la dirigencia?
No puedo negar que tuve un desacuerdo muy fuerte con Rafael Ángel Calderón Fournier. Fue a partir de ese encontronazo que decidí que era el momento de salir del Republicano. Decidí salir, pero antes dejar las cosas lo más ordenadas posibles dentro del partido para presentar mi renuncia. Aunque el intercambio con Calderón ameritaba salir inmediatamente sin mirar atrás, me pareció incorrecto hacerlo así. Tuve que pasar varios meses aguantando ataques y cuestionamientos sin fundamento luego de que “caí en desgracia” con el presidente honorario del Republicano.
Pero ¿cuáles fueron esas diferencias políticas tan graves que lo obligaron a abandonar la presidencia del partido y hacer su propio partido?
Mire, yo siento admiración y respeto por la familia de Rafael Ángel Calderón. Creo que doña Gloria Bejarano es una mujer extraordinaria y su labor como primera dama y diputada fueron muy significativas para el país. Creo que tiene una familia donde todos son buenas personas. Sin embargo, siento que fui irrespetado inmerecidamente por Calderón Fournier en persona, así como a través de medios de comunicación, y esa fue la gota que derramó el vaso.
Desde el inicio del periodo constitucional, Calderón me presionó fuertemente para que votara proyectos con los que yo estaba en completo desacuerdo: el paquetazo de impuestos, el proyecto para regular las huelgas, el proyecto del tren eléctrico, para mencionar los más importantes. También presionó para que no atacara tanto al gobierno PAC de Carlos Alvarado. Políticamente yo no puedo ser complaciente. Yo tengo muy clara mi posición política y eso no era negociable. Defender mis creencias y mis valores me costó insultos, calumnias, difamaciones y humillaciones por parte de este señor y sus seguidores. Eso era simplemente insostenible e intolerable. Por eso tuve que renunciar al Republicano y formar Costa Rica Justa.
Algunos expresidentes de este país les gustan tener, a través de diputados electos al Congreso, a ciertas fichas que velan por sus intereses. Oponerme a ser un instrumento de este señor se tradujo en que ahora soy el blanco de acusaciones calumniosas y difamatorias con el único fin de desprestigiarme y desprestigiar al nuevo partido. Esa actitud vengativa es algo con lo que he tenido que vivir desde el 9 de julio del 2020. Pero es algo con lo que quiero dejar atrás y concentrarme en el futuro de Costa Rica Justa.
Esas son acusaciones muy serias ¿Ha pensado en tomar acciones legales?
Definitivamente lo he pensado. Pero también creo que debo concentrarme en cosas más urgentes y de más beneficio de Costa Rica. Creo que trabajar por la campaña de Rolando Araya en Costa Rica Justa es mucho más apremiante y productivo que pensar en una disputa legal. Pero si esos ataques continúan, a lo mejor esa será la ruta que debo tomar.