San José, 31 de ago (elmundo.cr) – Iciar Telleria y su esposo Alejandro Salcedo siempre tuvieron en mente distintas ideas creativas de posibles emprendimientos que podrían tener éxito.
Probaron con varias de ellas. Tuvieron una marca de bolsos, una de souvenirs y otra de vestidos de baño. De todas se enamoraron, sin embargo de ninguna obtuvieron el resultado que esperaban.
Un día pensando en la selva, los paisajes y la naturaleza en sí de Costa Rica, idearon un emprendimiento con esencia tica tanto en su contenido como en sus envases. Crearon Wild Costa Rica, una marca de productos para el cuidado corporal.
“Queríamos hacer un producto muy costarricense, que reflejara la diversidad natural que poseemos. Dimos vueltas para dar con la forma en que podíamos cumplir con ese objetivo y entonces decidimos darle un toque juguetón, divertido y llamativo a través de colores y texturas”, explicó Telleria.
Como materia prima utilizan el aceite de coco orgánico, un ingrediente con el que lograron hacer de Wild Costa Rica un producto muy nacional.
“Una familia limonense se encarga de hacer el aceite de coco que utilizamos en todos nuestros productos. Es algo que nos enorgullece porque estamos apoyando a otros emprendedores. Les pagamos un precio justo”, detalló la emprendedora.
De pasatiempo a trabajo de tiempo completo
Wild Costa Rica inició como un pasatiempo, algo pequeño que poco a poco fue atrapando a Telleria y a Salcedo, hasta convertirse en un trabajo de tiempo completo para ellos.
Sus expectativas al inicio se centraban en poder idear un producto llamativo y funcional, que causara un efecto positivo en las personas que lo utilizaran. “Queríamos ofrecer algo diferente, pero con mucha calidad”, indicó Telleria.
El primer producto que elaboraron fueron los aceites, después crearon los exfoliantes corporales, luego los exfoliantes para labios y el body glow que funciona para dar brillo a la piel mientras esta se hidrata.
Recientemente sacaron a la venta el “Tooth Fairy Dust”, un producto que blanquea los dientes de manera natural con carbón activado.
“La línea de exfoliantes son para la ducha, ayudan a eliminar la piel muerta del cuerpo y todos tienen propiedades distintas. Por ejemplo el de café con vainilla sirve para eliminar la celulitis y el de menta piperita funciona para la buena circulación de la sangre”, resaltó la pequeña empresaria.
Además del aceite de coco, utilizan otros ingredientes como sales, aceites esenciales, colorantes, cera de abeja, miel y saborizantes. Todo lo que ofrecen está hecho de la manera más natural posible.
Constancia y dedicación
La primera venta que realizaron estos emprendedores se dio luego de tocar puerta por puerta varios comercios de Jacó, hasta que toparon con un comerciante que decidió comprarles todos las unidades de aceites que llevaban.
“El primero que nos compró fue un señor con una venta de Souvenirs, nos dijo que nuestro producto podía funcionar y nos preguntó cuántas botellas llevábamos y nos compró todas. Al paso de unas semanas nos llamó de nuevo porque se le acabaron las que había adquirido y quería más” contó la emprendedora.
De acuerdo con Tellerio el proceso de crecimiento ha sido difícil y experimental, en donde se han hecho cambios y correcciones y en donde la pasión, la constancia y la perseverancia han sido claves.
“En un emprendimiento hay docenas de sacrificios, en mi caso trabajo tiempo completo en la marca y también tengo que atender las necesidades de mi hijo de seis meses. Ha sido un cambio muy difícil, desde el embarazo hasta esta etapa, he tenido que aprender a administrar el tiempo y a idear nuevas formas para poder salir adelante con ambas cosas”, destacó.
Sin embargo, según la emprendedora, lidiar con esas dificultades no sería posible si no hay constancia, dedicación y pasión al hacer las labores que requieren las pequeñas empresas.
“Si es un emprendimiento que no nos apasiona, es mejor no dedicar más tiempo a eso aunque genere dinero; porque eso propicia que ante cualquier dificultad abandonemos el proyecto”, recalcó Tellerio.
Enamorados de lo que hacen
Iciar y Alejandro aseguran estar enamorados de su pequeña empresa, por eso son cuidadosos en varios sectores de su empresa. Entre ellos está el control de calidad, los procesos bajo los que se elaboran los productos y los tiempos de entrega de cada pedido.
“Realmente nosotros vendemos productos que nosotros mismos usamos y el ser fiel a nosotros mismos y nuestra marca, ha hecho que el proceso esté más liberado de obstáculos, a pesar de que somos muy exigentes en todas las áreas de Wild CR”, señaló Tellerio.
Cada vez que idean un nuevo producto, el proceso de prueba dura alrededor de siete meses, durante los cuales se aseguran de que funciona y de que posee lo necesario para que resista el tiempo que estará en los estantes de los comercios.
Wild Costa Rica cuenta con más de 22 puntos de venta alrededor del país, en lugares como Tamarindo, Manuel Antonio, Turrialba, San José y Heredia.
No obstante los emprendedores planean expandirse más y crecer, eso sí, manteniendo siempre el sentido de novedad, un factor con el que aseguran que no se quedan atrás.
REPORTAJE
Periodista: Marianela Sanabria Leandro msanabria@elmundo.cr
Fotografías: Sofía Chacón schacon@elmundo.cr
*EmprendeCR es un proyecto de El Mundo para promover y divulgar esfuerzos de emprendedurismo. Si tenés una pequeña empresa de este tipo, podés contarnos tu historia escribiéndonos a redacción@elmundo.cr