San José, 8 de abril. – La Junta Directiva de Alajuelense fue astuta: escuchó las diferentes interrogantes que presentaron sus Socios en la asamblea que se celebró a finales del 2018 y presentó una propuesta en la que prácticamente el apego por el Alejandro Morera Soto sería el único inconveniente para que el nuevo estadio no se construya.
En aquella asamblea, los asociados presentaron algunas interrogantes como el acceso al inmueble, lo peligroso para la institución en adquirir una deuda más, el hecho de tener que vender La Catedral y el costo de un monto económico que la institución no pudiera manejar.
La dirigencia fue allanando el camino para ponerle un check a cada observación justificada que recibió de los Socios y el aficionado en general.
- El pago de las deudas. Los manudos tenían una carga pesada con respecto a pago mensual de sus deudas. Un monto cercano a los $100 mil mensuales que tenían que destinarse para el pago de entidades financieras y otros acreedores. Este punto quedó solventado el 2 de marzo cuando la dirigencia anunció que logró cancelar todas sus operaciones con un monto cercano de $3,5 millones, luego de negociar con Repretel sus derechos de transmisión.
- Acceso al nuevo estadio. Una de las observaciones recibidas por parte de los aficionados era el hecho de tener que lidiar con las presas en carretera para tener que llegar al estadio. Esto tras conocerse que Parque Viva era una opción fuerte como sede para levantar el estadio.
Para nadie es un secreto que en cada evento que se realiza en el lugar, entrar y salir de ahí es un calvario.
Además, otras opciones como en Villa Bonita y en Pueblo Nuevo de Alajuela se descartaron por la misma razón. En Túrrucares existen mayores opciones para accesar, se puede hacer por medio de la Ruta 27, la Bernardo Soto por medio de la radial de El Coyol y también la ruta que comunica a La Garita.
A esto se le suma la nueva parada del tren que estará a pocos metros del lugar y los convenios que esperan establecer con empresas autobuseras para llevar a los aficionado al nuevo recinto. - La Catedral no se toca. Uno de los puntos que más generó resistencia hace poco más de dos años fue el hecho de que se valorara la venta del Morera Soto. Por momentos se pensó que la Municipalidad de Alajuela podría adquirir el terreno para hacer su nuevo edificio, inclusive se comentó entre corrillos la posibilidad de vender la propiedad a algún desarrollador para levantar torres de oficinas y condominios.
Hoy La Catedral es un estadio libre de hipotecas y Alajuelense no tiene entre sus planes deshacerse del estadio. - Un fideicomiso para llevar acabo las obras. La dirigencia presenta la opción para que, por medio de un fideicomiso, se lleven a cabo las obras. Esta vía no pone en riesgo el capital de Alajuelense y el dinero se va liberando de acuerdo a la necesidad de la obra que, según explicó el señor Rodrigo van der Laat, tendría un costo de $30 millones. Además, el costo del terreno se cancelaría de acuerdo a los ingresos que se perciban una vez que la edificación entre en operación. Los manudos no solo esperan que su estadio sirva para partidos, si no también para eventos masivos como conciertos y otras actividades.
La dirigencia necesita colocar una cantidad de asientos y palcos para activar el fideicomiso, pero según conoce Mundo Deportes, es un monto manejable.
De esta manera, muchos de los puntos a tomar en cuenta por parte de los socios fueron abordados en la propuesta que se prensentó este jueves en el Centro de Alto Rendimiento, en Turrúcares de Alajuela. Por lo que el único motivo por el cual los asociados no apoyen el proyecto es su apego al Morera Soto.
Sobre este punto, hay un pequeño grupo de socios que contemplan no apoyar la iniciativa planteada por la dirigencia manuda.
