San José, 22 may (elmundo.cr)- El Deportivo Saprissa se coronó este domingo como el nuevo Campeón del Fútbol Nacional, luego derrotar en la tanda de penales al Club Sport Herediano, en un juego donde los morados tuvieron que demostrar, algo más que argumentos futbolísticos.
Antes del juego se presagiaba un partido muy disputado, con dos estilos de juego muy definidos. Por parte de los morados, el 4-4-2 con el que habían venido jugando la mayoría de los encuentros, mientras que Herediano modificó al usar una línea de tres defensas con dos laterales, dos hombres en el medio campo y tres puntas.
Para Saprissa, el poderío ofensivo era su principal arma, ya que en su formación utilizaba a cuatro hombres con características de delanteros: Bengtson, Colindres, Ramírez y Rodríguez.
Aún así, en la banca contaba con figuras como Johan Venegas, Jonathan Moya Luis Stward Pérez.
Pero el planteamiento táctico de Vladimir Quesada se destruyó al minuto 29, con la infantil expulsión de Heiner Mora, luego de propinarse un cabezazo a Randall Azofeifa.
A partir de ese momento el panorama cambió, faltaban muchos minutos de juego y la desventaja numérica podía ser un factor que aprovechara el Herediano para derrotar a los morados.
Los propios jugadores en la cancha, junto al cuerpo técnico tomaron la decisión de modificar con los hombres en el cancha y no realizar cambios aún.
Barrantes que estaba como contención pasó a jugar como central junto a Henrique Moura, ocupando la posición de dejó Mora. Mientras que Mariano se retrasó a jugar de contención con la ayuda de David Ramírez, quien asumió como un volante mixto.
Su poderío ofensivo se vio disminuido, ahora no podían atacar con tanta soltura, aunque lograron formar dos bloques defensivos fuertes para evitar que los florenses les hicieran daño.
Así terminaría el primer tiempo, con marcador de 0-0 en el juego y 1-1 en el global.
Herediano tenía que modificar, pasar a una línea de cuatro y sumar un hombre más en ofensiva, sin embargo para sorpresa de muchos, salió al segundo tiempo con los mismos hombres y la misma formación.
Fue hasta los 50 minutos, que decidió hacer esa modificación, pero al incluir a Yendrick Ruíz, empezaron a equivocar su juego tirando muchos balones largos, los cuales fueron bien repelidos por la defensiva morada.
Saprissa seguía aguantando, sabía que no podía dejar muchos espacios y sus jugadores se sacrificaron para correr el doble que habían hecho en cualquier otros juego. Notable la preparación física del Saprissa.
Los minutos pasaban y Herediano no creaban mucho peligro, si llegaban por los costados pero los centros eran despejados por los defensores. No tuvieron la tranquilidad para tocar el balón de costado a costado, y obligar a Saprissa a desgastarse más, a correr detrás del balón.
Por el contrario, los morados siguieron bien parados y corriendo más que sus rivales, eso provocó que la diferencia en la cantidad de jugadores no se notara.
Solo un gol ocupaba Herediano para salir campeón, pero no pudo. No tuvo el manejo, la claridad no la lucidez para hacer lo que tenían que hacer, y parecía más bien que estaban conformes con llevar el juego hasta las últimas instancias.
Los futbolistas de Saprissa corrieron como nunca, jugaron posiciones que no estaban acostumbrados, pero sin decir nada asumieron labores desconocidas para sacar la tarea. Sabían que debían redoblar esfuerzos, sabían que tenían que dejar el alma.
Así pasearon los tiempos extras, y el juego no cambió. Llegaron los penales.
Kevin Briceño les dijo a sus compañeros: metan todos que yo me llevo uno.
Con la convicción de haber podido aguantar más de 90 minutos con un hombre menos, los saprissistas llegaron fortalecidos a la tanda de penales, mientras que por el contrario, los heredianos llegaron debilitados por no haber podido aprovechar y anotar teniendo ese jugador de más por tanto tiempo.
Al final, Saprissa se llevó el título, gracias al corazón y las ganas que pusieron en la cancha, en una final que fue muy difícil.