Saprissa es un equipo de fútbol que tiene una organización en la que le gusta controlar lo que sucede en la cancha y, casi con el mismo interés, tratar de controlar lo que ocurre en el entorno mediático.
Y cuando su retórica no logra imponerse, salen las justificaciones desde Tibás.
Para que no piensen que lo que opino es pura conjetura, pongo como ejemplo lo que dijo el jefe de prensa del Saprissa, Patricio Altamirano, en una entrevista reciente con Columbia Deportiva. Él dejó claro que cada mensaje que se da es conversado, y que orienta al vocero antes de tratar un tema con los medios de comunicación.
En la comunicación, cuando los mensajes se planifican, es porque tienen una finalidad: imponer la retórica.
A Saprissa, el tema de Mariano Torres se le ha salido de las manos. El capitán, que es un gran jugador en el campo, también es un muchacho que no tiene autocontrol sobre sus emociones. En su paso por el Saprissa, lo hemos visto discutir con aficionados propios y rivales, además de cometer acciones poco ejemplares en el fútbol.
El volante argentino manoteó a un árbitro asistente en la pasada Supercopa, que perdió la S ante Alajuelense. Esta acción generó mucha polémica y un periodista astuto la revivió este viernes, cuando Horacio Elizondo, presidente de la Comisión de Arbitraje y también argentino, justificó lo sucedido y dejó claro que si un árbitro toca a un jugador, este puede tocar al árbitro.
Desde ese partido, comenzaron las críticas de Alajuelense y Herediano, cansados de que el arbitraje no actuara como se debía cuando el 10 morado lo merecía. Enumeraron la cantidad de veces en las que, según ellos, no se actuó correctamente con el zurdo.
Las críticas hacia Mariano fueron constantes desde todos los sectores, incluso entre los propios morados, “cansados de esas actitudes de Torres”.
En medio de todo este contexto, Sergio Guila, gerente deportivo morado, declaró frente a las cámaras que le “preocupaba la persecución sobre Mariano Torres”. Y dejó ver que lo que ha venido sucediendo parece orquestado desde lados opositores.
Cuando la retórica no se instala y no cumple el objetivo, surgen estas justificaciones ante la falta de autocrítica en las altas esferas del club. ¿O es que Mariano Torres no fue merecedor de los cinco juegos de sanción por lo que hizo ante Cartaginés? Creo que nadie que conozca los reglamentos puede decir lo contrario.