San José, 28 ago(elmundo.cr)- El ex portero Carlos Alvarado Villalobos, es reconocido por sus grandes atajadas y espectacularidad, llamado el “Aguilucho” por sus vuelos supremos en el arco marcó época defendiendo la portería del Alajuelense y la Selección Nacional. Su fotografía está plasmada en una de las paredes del estadio Morera Soto.
El portero se encontraba disfrutando del clásico de este domingo ante el Deportivo Saprissa y en el descanso de medio tiempo, conversó con EL MUNDO, contó cómo llegó a ese equipo en el año 1944, y luego sobre su llegada al balompié mayor en 1946, obtuvo innumerables títulos vistiendo la camiseta rojinegra y también con la Selección Nacional; además, jugó un par de temporadas en el fútbol azteca y colombiano.
Hablar de Alvarado, es pensar en su tipo de juego, porque literalmente “volaba” de lado a lado atrapando todo lo que llegaba al marco que defendía, para muchos el mejor portero del país en la historia y quien alcanzó la inmortalidad luego de una soberbia actuación ante el Boca Juniors de Argentina el 25 de diciembre de 1950; que finalizó con un (1-1), incluso en aquella ocasión el presidente de la República, Otilio Ulate le obsequió su reloj de oro por su notable juego.
Alvarado Villalobos, el fenomenal arquero manudo ha sido uno de los más extraordinarios jugadores de fútbol que ha tenido el país en todos los tiempos.
El “Aguilucho” como se le conoció durante su etapa como guardameta estelar del Alajuelense, estuvo presente en la vuelta al mundo del equipo de la “ciudad de los mangos” en 1960. Cuenta que colgó los guantes, dejando extraordinarios recuerdos como sus memorables actuaciones ante Boca, San Lorenzo de Almagro (4-1) reforzando al Orión y algunos otros encuentros donde defendió la portería del Herediano y el Saprissa.
En el Salvador donde jugó para la Liga, reforzó al Orión y Herediano, lo hizo sin recibir goles en 10 partidos consecutivos. También realizó una heroica actuación con los florenses en Guadalajara donde el equipo rojiamarillo venció al equipo mexicano.
El buen accionar del guardameta, hizo que durante los casi 16 años de su carrera, jamás estuviera fuera de una convocatoria al seleccionado tico. Con la Selección logró tres títulos centroamericanos y fue partícipe de la leyenda de los “Chaparritos de Oro” en el centroamericano y del caribe de Honduras en 1955, aunque lamentablemente no llegó a participar en el Panamericano de Fútbol de 1956 disputado en México.
La historia del fútbol tico, hace que Alvarado sea considerado siempre como uno de los más grandes defensores del marco en nuestro país, este personaje fue homenajeado en el certamen de Invierno 2010.
“Tuve muy buenos momentos con La Liga, jugué en el extranjero, no me quise ir a Italia, ni España, porque no me hallaba fuera de Costa Rica, intenté vivir en México y en Colombia pero a los pocos meses me retiré y volví a mi amado país” dijo.
En una ocasión que el equipo de Génova de Italia visitó Costa Rica, quedó sin portero porque se lesionó, y le dijeron que los acompañara de gira y que de una vez se quedara con ellos en el equipo, pero Alvarado no aceptó esa oferta, y rechazó además jugar con el Boca Juniors, les mintió diciendo que tenía compromisos con el Herediano, cosa que no era cierto, pero fue su forma de rechazar vivir en el extranjero. Además dijo que fue todo un honor que le propusieran jugar con ellos.
Conversando sobre la actualidad del equipo Alajuelense, expresó:”Veo el proceso muy bien, porque son gente conocida de muchos años, se llevan bien dentro y fuera de las canchas, jugaron juntos y tienen mucha experiencia, tienen un caudal de experiencia para enseñar a los jugadores”.
“Hoy La Liga jugó distinto, la llegada de ellos de Wilmer López, Mauricio Montero y Josef Miso ya pesó y van a seguir mejor todavía, cada día van a tener que mejorar todos desde dirigentes hasta jugadores. Ellos tres tienen mucho que enseñar y los jugadores tienen mucho que aprender, todos los días se aprenden cosas y hay que ser humilde y anuente a no creerse que lo saben todo, se debe respetar la experiencia que ellos tienen”.
Su corazón liguista se nota cuando se emociona con cada jugada que puede poner en aprietos al arquero Pemberton. Con casi 90 años de edad, tiene una excelente condición de análisis y sobre todo de ánimo al ver jugar al equipo de sus amores, quien manifiesta: “La Liga es mi casa, mi corazón es rojinegro”.
Al finalizar el encuentro, se acercó al portero Patrick Pemberton, a quién abrazó muy efusivamente, luego lo felicitó y hasta aconsejó, se fue feliz a su casa de ver que la Liga, según él: “Ahora ya empieza a resurgir y espero que llegue a disputar la final” finalizó.
Datos del estadista: Gerardo Coto
