Por Klaus Bergmann (dpa)
Múnich, 16 abr (dpa) – Plaga de lesiones, errores infantiles, falta de tensión competitiva. El Bayern Múnich tendrá muchos retos que superar hasta el martes si quiere evitar que el Porto lo deje fuera de la Liga de Campeones europea en cuartos de final y le propine el peor fracaso desde la llegada del técnico Josep Guardiola.
La derrota por 3-1 la noche del miércoles en la ida en Oporto obliga al campeón alemán a ganar al menos por 2-0 en Múnich. Sería una remontada histórica: el Bayern no revirtió nunca dos goles de desventaja en una fase eliminatoria del torneo. La directiva optó por la cautela, pero sin ocultar su preocupación.
“No estoy dispuesto a criticar al equipo”, dijo el jefe de la junta directiva, Karl-Heinz Rummenigge, en una sombría cena tras la derrota. El hombre fuerte del Bayern manifestó su “gran confianza en un equipo grandioso” y se refirió a Guardiola como “un magnífico entrenador”.
Muchos comentaristas son menos complacientes y apuntan un dato preocupante: el Bayern, considerado hasta ahora uno de los favoritos al título en Europa, no convenció en ninguno de los partidos que afrontó este año ante rivales de peso.
En la Liga perdió ante el Wolfsburgo, segundo, y ante el Borussia Mönchengladbach, tercero. Empató con el Schalke, quinto. Al Bayer Leverkusen, cuarto, sólo lo derrotó por penales en la Copa Alemana. Y en octavos de Liga de Campeones igualó la ida con el Shakhtar Donetsk, goleado en la vuelta con un hombre menos desde el minuto 3.
“No podemos perder los nervios”, pidió el jefe deportivo del club, Matthias Sammer. Pero eso fue lo que pareció pasar en Oporto, donde los tres goles locales llegaron por errores grotescos de jugadores experimentados como Xabi Alonso, Jérome Boateng o Dante. Manuel Neuer se salvó además de la roja en el penal que abrió la cuenta del Porto.
El principal argumento para explicar lo que Guardiola definió como “situación crítica” antes del partido con el Porto es la dramática plaga de lesiones que arrasó todas las líneas del equipo y que dejó al técnico sin Arjen Robben, Franck Ribéry, David Alaba, Javi Martínez, Bastian Schweinsteiger o Medhi Benatia.
“Tenemos 13 o 14 jugadores sanos que en este momento vienen jugando desde hace semanas tres partidos por semana”, lamentó Rummenigge.
De todos los lesionados, sólo Ribéry y Schweinsteiger tienen perspectivas reales de jugar la vuelta. El equipo volvió en cambio de Portugal con nueva preocupación: Mario Götze se golpeó la rodilla y tuvo que ser reemplazado en el minuto 56. El club espera el diagnóstico definitivo para saber si podrá jugar la vuelta.
Por el contrario, ya es seguro que el equipo del español Julen Lopetegui tendrá que prescindir en Múnich de sus dos laterales, Alex Sandro y Danilo, suspendidos al ver el miércoles su tercera amarilla en el torneo.
Parece poco consuelo para un Bayern que desmostró tener los principales problemas en sus filas. “Hacía mucho tiempo no jugaba tan mal”, comentó hoy el diario “Bild”. “Der Spiegel” constató que la derrota deja al equipo “al límite” y advirtió: “Se le acaban las alternativas al entrenador”.
A fin de cuentas, las lesiones no bastan para explicar el bajón del equipo, analizó el deportivo “Kicker”, recordando que Guardiola sigue contando con “seis campeones del mundo y ocho ganadores de la Liga de Campeones europea”.
El técnico intentó calmar los ánimos. “Todavía hay un partido de vuelta”, recordó tras la derrota. “Estamos tristes, pero tenemos seis días para analizar”.
En esos seis días Guardiola se jugará también un punto de inflexión en su aventura alemana. El Bayern lo fichó sobre todo por su aura ganadora en Europa, donde conquistó dos Ligas de Campeones con el Barcelona.
Por eso todos los dedos apuntaron a él tras la eliminación en semifinales el año pasado frente al Real Madrid. Un segundo fracaso consecutivo, ahora en cuartos y ante un rival menos experimentado, dejaría muy tocado al entrenador.