El críquet, la nueva pasión de los afganos

Afghanistan-CricketREPORTAJE

Por Hafiz Ahmadi (dpa)

Kabul, 16 feb (dpa) – La primera participación de Afganistán en un Mundial de críquet está generando un entusiasmo sin precedentes en el país asiático, que parece haber olvidado por un rato la guerra y el sufrimiento y aguarda con expectativa el debut del miércoles ante Bangladesh.

“Soy el mayor de los aficionados al críquet y a veces me pierdo el almuerzo o la cena para mirar los partidos”, contó a dpa Sohail, un estudiante secundario de 17 años que empezó a seguir y practicar el críquet en su exilio en Pakistán.

Junto a sus amigos, Sohail realiza cada día un largo viaje hasta un parque en Kabul para jugar al críquet “hasta el amanecer”. Pero ahora, toda la atención se centra en el inicio del Mundial que se disputa en Australia y Nueva Zelanda.

“Rezamos por el éxito del equipo afgano”, explicó Sohail. “Jugábamos con chicos paquistaníes en Peshawar, pero ahora estoy feliz de tener nuestro propio equipo nacional”.

El Mundial, que se disputa cada cuatro años, comenzó el sábado pasado y el debut de la selección de Afganistán será el 18 en Canberra. Además de Bangladesh, el combinado asiático se medirá en el Grupo A con Australia, Nueva Zelanda, Sri Lanka y Escocia.

Durante su preparación, el conjunto afgano venció a los Emiratos Árabes y cayó ante la poderosa India, defensora del título y cabeza del Grupo B.

Y si bien nadie espera que Afganistán pueda ganar el título, la mera clasificación ha desatado una fiebre por el críquet en un país marcado por la violencia.

“Esto es un gran logro. Estamos orgullosos de participar en la Copa del Mundo”, afirmó Ajmal Habibi, quien desea convertirse en jugador de críquet y al igual que Sohail aprendió el deporte en Peshawar. Su ídolo ya no es un jugador extranjero, sino el lanzador afgano Hamid Hassan.

La federación afgana de críquet considera que la primera clasificación a un Mundial se debe en parte a la pasión que los aficionados tienen por este deporte.

“Tenemos el apoyo de cada afgano, lo que impulsa a los jugadores a brillar en el campo”, aseguró a dpa Farid Hotak, portavoz de la federación.

“Y aunque ya es un gran logro para este joven equipo haber clasificado, esperamos más y confiamos en nuestros jugadores”, señaló Hotak.

Muchos afganos aprendieron a jugar al críquet cuando debieron exiliarse en Pakistán, un país con fuerte tradición en el deporte, tras la invasión soviética de 1979.

El críquet se podía jugar esporádicamente bajo el régimen talibán, que prohibió en cambio numerosos deportes durante los cinco años que estuvo en el poder, entre 1996 y 2001. El único estadio en Kabul era utilizado para ejecuciones y lapidaciones.

Sin embargo, el críquet comenzó a florecer cuando muchos afganos regresaron al país después de que el régimen talibán fuera derrocado por la invasión estadounidense en 2001.

El combinado nacional afgano fue progresando y así logró entrar a la fase decisiva del torneo World Twenty-20 en 2010, 2012 y 2014, antes de clasificarse a su primer Mundial, del que están ahora pendientes también las más altas esferas políticas del país.

El presidente afgano, Ashraf Ghani, le pidió a los jugadores competir “con la moral alta y brindarle altos honorores a Afganistán como ya lo han hecho en el pasado”. Más enfático había sido hace dos años el ex presidente Hamid Karzai, quien calificó al equipo como “el nuevo ejército nacional”.

Pese al interés cada vez mayor que despierta, el críquet no es universalmente popular en Afganistán y algunos incluso advierten que lo practica una sóla etnia.

“Esto no es un equipo nacional, todos los jugadores, entrenadores y fans son pashtunes”, advirtió Osman, quien pertenece a los tayikos, el segundo grupo étnico más grande de Afganistán.

“Para mí y muchos otros es un deporte estúpido. No puedes entender cómo se juega aún si miras decenas de partidos”, agregó Osman, quien nació en la provincia de Parwan, unos 60 kilómetros al norte de Kabul.

Nasir Shah, un carpintero de Kabul, concidió y aseguró que no le gusta el críquet porque es “un deporte colonial”.

“Puedes ver este deporte en Pakistán, India, Bangladesh y otros países que directa o indirectamente estuvieron bajo el dominio colonial británico”, añadió Shah, de 40 años.

La federación de críquet, sin embargo, niega que el deporte pertenezca a una etnia en particular: “El críquet es un deporte nacional y tenemos filiales en 33 de las 34 privincias. El número de aficionados crece día a día en todo el país”.

Recibe las últimas noticias en tu celular

Envía la palabra “Noticias” al +50663763608 y recibe nuestro boletín informativo a través de Whatsapp

Últimas noticias

Te puede interesar...