Por Christian Kunz y Almudena de Cabo (dpa)
Barcelona/Berlín, 7 may (dpa) – Entre la resignación y la tibia esperanza de un “gran milagro”. Así despertó hoy el Bayern Múnich tras el cachetazo que le dio el Barcelona en las semifinales de la Liga de Campeones del fútbol europeo.
El golpe se sintió fuerte en la plantilla dirigida por Josep Guardiola y los rostros de tristeza y decepción eran evidentes durante el banquete al que concurrió el equipo en la noche de Barcelona tras el partido.
Acompañado por su hermano Pere, Guardiola se llevaba las manos a la cabeza, mientras el presidente de la directiva del Bayern, Karl-Heinz Rummenigge, pronunciaba unas palabras de ánimo en el “Salón Cataluña” de un lujoso hotel de la ciudad.
“Estoy triste, no por el resultado, sino sencillamente por cómo transcurrió el partido. El equipo luchó heroicamente durante 77 minutos y peleó duramente”, afirmó Rummenigge exactamente cinco minutos antes de la medianoche.
“Hemos chocado ante nuestro límite”, añadió Matthias Sammer, el director deportivo del club. “Ahora debemos primero sacudirnos”, reconoció, todavía impactado por el 3-0 que le propinó el Barcelona a los bávaros en el Camp Nou.
La derrota dejó al Bayern a las puertas de un nueva eliminación contundente en semifinales de la Liga de Campeones tras la sufrida el año pasado ante el Real Madrid. Y, fuera de la Copa Alemana y con el título de la Bundesliga asegurado, la temporada podría acabar en seis días para el equipo.
Un balance agridulce para un equipo que dos años atrás lograba un histórico “triplete” bajo la conducción del técnico Jupp Heynckes, y que el año pasado obtuvo un aceptable “doblete” con Guardiola.
Todavía falta la revancha en Múnich, pero pocos esperan en verdad una remontada como la vivida ante el Porto en casa (6-1) tras perder 3-1 en la ida. Ni el Barcelona es el Porto, ni el conjunto portugués tiene jugadores como Lionel Messi en su plantel.
“El último gol fue una lástima porque con el 2-0 teníamos opción”, afirmó Guardiola, consciente de la dificultad de levantar un 3-0 ante un club como el Barcelona y dando casi por cerrada la eliminatoria.
Sólo un equipo ha conseguido en los 23 años de Liga de Campeones remontar un marcador con una diferencia de tres goles. El Deportivo de La Coruña lo logró en 2004 en cuartos de final al dar la vuelta una derrota de 4-1 ante el Milán con una victoria de 4-0.
La prensa alemana, muy crítica con el equipo, se preguntaba hoy si el Bayern tendrá aún resto anímico para afrontar un digno partido de vuelta.
“Guardiola. Humillado en casa”, tituló “Bild”. “¿Se recuperará de este fracaso?”, escribió el diario más vendido de Alemania. El resto de la prensa, sin embargo, apenas mostró hoy esperanzas.
“Sólo un gran milagro ayudará ahora al Bayern”, tituló en una columna la revista deportiva “Kicker”. “El 3-0 es naturalmente una difícil hipoteca”, agregó la publicación, que tituló en portada “Más que una derrota”, con una imagen de Messi superando a Manuel Neuer.
“Al final llegó el shock”, escribió la publicación. “Este 3-0 duele. Durante largo tiempo, el Bayern tuvo todas las posibilidades abiertas en Barcelona, después se derrumbó todo. Para Pep Guardiola es más que una derrota”, escribió.
Mientras, “Sportschau”, de la cadena pública alemana “ARD”, destacó en su web que “un genial Lionel Messi golpeó a Pep Guardiola y al Bayern”.
“Tras el 3-0 de los muniqueses en el emotivo regreso del entrenador español a Barcelona, la final en Berlín se encuentra ya muy lejos para el campeón alemán”, fue el análisis.
El Bayern tiene ahora seis días para buscar un milagro, aunque toda Alemania parece resignada ya a que en la final del 6 de junio en Berlín no habrá ningún representante nacional.