La Selección de Costa Rica arrancó su participación en la Copa Oro 2025 con una victoria de infarto ante Surinam, en un partido que tuvo de todo: goles, remontadas, sufrimiento… y una imagen final que opacó los tres puntos conseguidos: Warren Madrigal saliendo entre lágrimas, en camilla, con una lesión que conmocionó al plantel.
El equipo dirigido por Miguel “Piojo” Herrera parecía encaminar una noche tranquila cuando Alonso Martínez abrió el marcador y luego Manfred Ugalde convirtió desde el punto de penal para un temprano 2-0. El dominio era claro, el fútbol fluía y todo apuntaba a un debut con sello de autoridad.
Pero el segundo tiempo trajo un giro de trama inesperado. Surinam aprovechó errores defensivos y, en cuestión de minutos, igualó el marcador con goles de Kerk y Pinas, este último tras un rebote de penal. El asombro se apoderó del estadio en San Diego, y el desconcierto alcanzó a la banca tica.
Ante la lesión de Madrigal, muchos se preguntan si Costa Rica puede llamar a otro futbolista para suplirlo, pero la respuesta es no. El reglamento de la Copa Oro no permite reemplazar a jugadores lesionados una vez iniciado el torneo. La convocatoria oficial queda cerrada al arrancar la competencia y no hay margen para nuevas incorporaciones, sin importar la gravedad de la lesión.
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Costa Rica respondió con empuje, y fue Josimar Alcócer quien rescató al equipo con el tanto del 3-2. Luego, una acción enredada en el área rival culminó en un autogol de Surinam, lo que firmó el 4-3 definitivo. La Sele sufrió hasta el final y terminó jugando con diez, tras la impactante lesión de Madrigal.
Fue precisamente ese episodio el que transformó el cierre del juego en una escena de dolor. Warren cayó al césped tras un choque y no pudo levantarse. Las lágrimas en su rostro, la camilla, la ambulancia esperándolo a un costado del campo… todo fue una postal de impotencia. Manfred Ugalde lo confirmó minutos después: “salió llorando”. Su compañero no ocultó la preocupación.
La Fedefútbol confirmó más tarde que Madrigal sufrió una fractura de tibia. Mientras el resto del equipo celebraba, él era trasladado a un hospital de California. Kenneth Vargas, visiblemente afectado, pidió públicamente oraciones por su compañero.
El triunfo se selló en el marcador, pero dejó un sabor agridulce. Porque la Sele ganó, sí, pero a un costo emocional alto. En el fútbol, como en la vida, no siempre los festejos vienen sin heridas.