Aarón Murillo es uno de esos jugadores que no llegaron a la Selección Nacional por casualidad, sino por una historia de sacrificios, decisiones difíciles y una formación sólida que comenzó desde niño en Alajuela. Lo que pocos sabían es que fue en Liga Deportiva Alajuelense donde se forjó durante una década… y también fue ahí donde su camino se vio interrumpido por una razón que no tiene que ver con el balón: los estudios.
Murillo comenzó a jugar fútbol a los cinco años en una escuelita dirigida por Harold López. Luego pasó brevemente por Carmelita y más adelante se incorporó a las ligas menores de Alajuelense, donde estuvo diez años y hasta participó en el Mundial Sub-17 de Chile con la Selección Nacional.
Su padre, don Vicente Murillo, dueño del conocido restaurante Pollos Don Migue en el centro de Alajuela, siempre le inculcó el valor del estudio. Esa enseñanza fue clave, pero también tuvo consecuencias deportivas.
“Regresando del mundial menor le tocó bachillerato, y en un partido que le programaron un viernes, el profe no le dio permiso de ir a hacer el examen. Nosotros le dijimos que lo más importante era su bachillerato. Como dos veces le dijeron que no al permiso, entonces hablamos con el coordinador de liga menor, que sí le dijo que fuera a hacer el examen. Después de eso dejó la titularidad con la Liga”, contó su padre.
Ese episodio marcó un antes y un después en su etapa en Alajuelense. La prioridad por los estudios le hizo perder continuidad y, eventualmente, su salida del club.
No era la primera vez que Aarón priorizaba su formación académica sobre el fútbol. En 2015, mientras estaba en un colegio privado, rechazó una convocatoria a la Selección Sub-17 porque debía presentar exámenes.
A pesar de esos sacrificios, Murillo nunca renunció a su sueño de ser futbolista profesional, y el tiempo le dio la razón. El pasado martes, debutó como titular en la Selección Mayor en un duelo eliminatorio ante Honduras. Fue su forma de graduarse oficialmente del fútbol, como dijo su padre emocionado.
“Contra Honduras fue el partido que más me ha costado disfrutar. Luego del duelo lo llamé y le dije que me sentía muy orgulloso de él”, compartió don Vicente.
Hoy, Aarón Murillo estudia Ingeniería Industrial y se abre paso en la Tricolor, demostrando que se puede ser estudiante, profesional y seleccionado nacional. Su historia no es solo la de un jugador que dejó Alajuelense: es la de un joven que eligió su futuro y terminó conquistándolo con esfuerzo, disciplina y convicción.