Por Matthias Röder (dpa)
Viena, 9 nov (dpa) – El pintor y escultor austriaco Ernst Fuchs, cofundador de la escuela vienesa del realismo fantástico, murió hoy a los 85 años, confirmó a dpa la directora del Museo Ernst Fuchs.
Nacido en 1930 en Viena, fue considerado un niño prodigio del dibujo y saltó a la fama en los años 60 con sus obras sobre Eros y mitos, muerte y amor, religión y sexo.
Inspirado por la pintura clásica, el modernismo y el surrealismo, creó paisajes de ensueños y visiones dominados por motivos religiosos y mitológicos. Sus obras generaban tanto admiración como rechazo.
Fuchs, a quien le gustaba que le llamasen “príncipe pintor”, era conocido por sus teatrales apariciones en público, con los gorros con brocados que él mismo diseñaba y su barba pelirroja. Su vida personal tampoco fue convencional y tuvo al menos 16 hijos con siete mujeres.
Hijo único de un matrimonio formado por un judío y una católica, de pequeño se le consideró un niño prodigio, que pintaba como si estuviera poseído. Con solo 15 años ya asistía a clase en la Academia de Bellas Artes de Viena y tras terminar su formación se mudó a París.
Su encuentro con Salvador Dalí marcó su camino hacia el éxito. El artista español apoyó a Fuchs, que pintaba delicadas imágenes de vígenes con la técnica clara del temple de huevo y que en 1956 se retrató como Jesucristo en su acuarela “Der Auferstandene” (El resucitado).
Según el crítico francés Marcel Brion, Fuchs -cuyas obras se enmarcan en el surrealismo y el manierismo- fue el “cronista de los mundos desconocidos”. En 1996 ilustró una Biblia de 1.680 páginas con encuadernación dorada. En el museo que lleva su nombre cifran su obra más relevante en 500 lienzos y un número similar de aguafuertes y litografías originales.
Más allá de la pintura, el artista vienés también fue arquitecto, compositor, escenógrafo, escritor y filósofo, por lo que se granjeó una fama como “artista total”. Entre su obra hay numerosas esculturas de los años 70 y decorados para escenificaciones de óperas como “Parsifal” y “La flauta mágica” en Hamburgo o “Lohengrin” en Múnich.
