San José, 5 may (elmundo.cr) – Encarnación Sancho es una mujer muy bella, la más bella de todas, o al menos eso es lo que ella cree. Su historia de amor y desamor se desarrolla en la capitalina Cartago de 1750, en medio de una sociedad que la obligó a pensar que ella es uno de los espantos más aterradores con el que podían encontrarse los trasnochadores: La Segua.
Para Rebeca Alemán, aunque personificar el protagónico le representó un reto importante a nivel actoral, por los nervios que le imponía el peso de la interpretación, hoy afirma que lo disfruta. “Si bien para muchos Encarnación presenta un evidente trastorno mental por ser narcisista y ególatra, yo le tengo mucho cariño. Creo que lo que le pasa es lo que afirma su nana, que ella está terriblemente enamorada o como se dice en la obra loca de amor”, aunque no sepa si ese amor sea por ella misma.
Ese mismo cariño, afirma la actriz, se da tras un proceso de análisis enorme, “en conjunto con el director Mariano González, empezamos desde la raíz, claramente es un tema de desorden psicológico. Al inicio la veía con muchísima distancia, pero ahora la quiero, la comprendo y quisiera ayudarle; ya que ella está en un episodio que a todo el mundo le ha pasado; cuando no echas ni para adelante ni para atrás y no hay consejo que valga porque estás justo pasando la tormenta”.
Aunque Alemán asegura que la historia es un reflejo de las presiones sociales hacia las mujeres en la Costa Rica de la época, afirma que “también los hombres se ven afectados porque el sistema patriarcal y machista nos afecta a todos los seres humanos”.
Un análisis similar realiza el director del montaje, Mariano González, quien describe la historia como un reflejo de la sociedad actual. “El público puede esperar una obra muy costarricense, que los transporta al Cartago de 1750, pero como dijera algún periodista, si se le quita el vestuario y la ambientación de época nos encontramos ante circunstancias de doble moral, problemas religiosos y poder económico que enfrenta la sociedad actual”.
Con respecto al elenco asegura que le llevó algún tiempo hacer el reparto. “El mayor reto es que todos los actores y actrices den el máximo resultado. Hay un gran sentido de equipo, de armonía en el montaje, de hacer las cosas con cariño, sobre todo por ser un homenaje a don Alberto Cañas, a quien desde el sector cultura le debemos tanto”, afirmó González.
Para el director este es un montaje muy complicado, ya que tuvo que resolver los cambios de escenario por la cantidad de escenas, además de algunos elementos que le agregó como el aquelarre y el temblor.
“Mucha gente llega a ver cómo se transforma la mujer en Segua. Para mí lo importante es que el público se pueda relacionar con la problemática social en la que esta mujer se desarrolla. Por eso hay que fomentar que cada vez más dramaturgos escriban teatro con temática nacional. Que el tico se vea reflejado en el teatro”, concluyó.
Además de Rebeca Alemán, el elenco lo integran Leonardo Perucci, Anabelle Ulloa, Luis Fernando Gómez, Rosita Zúñiga, Bernardo Barquero, María Orozco, Tatiana Zamora, Alex Molina, Eduardo Carrillo, Andrés de la Ossa, Miryam Calderón, Juan Porras, Diego Ureña y Silvia Campos.
La historia se presentó por primera vez en 1971 en el Teatro Nacional de Costa Rica. Estuvo a cargo del Teatro Universitario, bajo la dirección de Lenín Garrido y Aide de Lev en el papel protagónico.
La Segua. La historia responde a la leyenda que relata el historiador Elías Zeledón Cartín (1953-2014), en la que la ilustra como “un espectro popular que se aparece a los hombres que viajan en solitario por veredas desiertas, en la forma de una mujer muy bella. Luego de que la víctima acepta llevar a la mujer en su medio de transporte, la cara de esta se transforma en una calavera de caballo con la carne podrida, ojos fulgurantes, enormes dientes averiados y aliento con hedor a descomposición”.
Se creía que era una joven libertina que había sido maldecida por su madre cuando la muchacha había intentado pegarle, al negarle ésta el permiso para ir a una fiesta.
La temporada de “La Segua” finaliza el domingo 14 de junio de 2015. Funciones de jueves a sábado, a las 8 p.m.; los domingos, a las 5 p.m., en el Teatro de la Aduana. La obra tiene una duración de 90 minutos aproximadamente y es para todo público. La entrada general tiene un valor de ¢5,000 colones; ciudadanos de oro y estudiantes con carné, ¢2,500. Reservaciones al tel.: 2257-8305.