Goytisolo: «Los contaminados por Cervantes no nos resignamos a la injusticia»

CervantesPor Ana Lázaro Verde (dpa)

Madrid, 23 abr (dpa) – El escritor español Juan Goytisolo pronunció hoy uno de los discursos más críticos e incisivos que se recuerdan en una ceremonia de entrega del Premio Cervantes, en el que reivindicó el espíritu de “El Quijote” en un mundo “aquejado” de paro, corrupción, precariedad y desigualdades.

“Digamos bien alto que podemos. Los contaminados por nuestro primer escritor no nos resignamos a la injusticia”, dijo en un guiño al partido surgido en España al calor del movimiento de los indignados, Podemos, por el que recientemente mostró “simpatía”.

El máximo representante de la llamada Generación de los 50 subió al púlpito del Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, localidad natal de Miguel de Cervantes, tras recoger el máximo galardón de las letras en español de manos del rey Felipe VI, quien destacó su “mirada crítica”.

Allí, el escritor desplegó cuatro cuartillas y se dispuso a hablar de literatura, de “El Quijote” y del mundo bajo una máxima cervantina: “A la llana y sin rodeos”. A su estilo.

Siempre políticamente incorrecto y sin pelos en la lengua, hoy reiteró su “instintiva reserva a los nacionalismos de toda índole” y aseguró que ello le llevó a “abrazar como un salvavidas” la “nacionalidad cervantina” reivindicada por el mexicano Carlos Fuentes.

“Me reconozco plenamente en ella. Cervantear es aventurarse en el territorio incierto de lo desconocido con la cabeza cubierta con un frágil yelmo bacía”, señaló dando vida a un nuevo verbo.

Poco amigo de actos públicos e instituciones, y después de haber confesado hace dos días que el Premio Cervantes le dio “más preocupaciones que satisfacciones, el autor de “Señas de identidad” (1966) aseguró que “ser objeto de halagos por la institución literaria” le lleva a “dudar” de sí mismo.

“La mirada desde la periferia al centro es más lúcida que a la inversa y al evocar la lista de mis maestros condenados al exilio y silencio por los centinelas del canon nacionalcatólico no puedo menos que rememorar con melancolía la verdad de sus críticas y ejemplar honradez. La luz brota del subsuelo cuando menos se la espera”, expresó.

Goytisolo, de 84 años, escribió su primera novela (“Juegos de manos”) en plena dictadura franquista, cuando solo tenía 21. Seis décadas después, y tras haberse exiliado en países como Francia o Marruecos, atesora distinciones como el Premio Nacional de las Letras (2008), el Octavio Paz de Literatura (2002) o el Juan Rulfo (2004).

Hoy, al inicio de su intervención, dedicó la más reciente a su “maestro” Francisco Márquez Villanueva, catedrático de la Universidad de Harvard, y “a los habitantes de la medina de Marrakech”, donde vive desde hace más de dos décadas.

El escritor arrancó su discurso con una confesión y una crítica a sí mismo: en los albores de su trayectoria literaria, cuando todavía no sentía “la adicción” por escribir, incurrió “en la vanagloria de la búsqueda del éxito”.

“Una cosa es la actualidad efímera y otra muy distinta la modernidad atemporal de las obras destinadas a perdurar pese al ostracismo que a menudo sufrieron cuando fueron escritas”, reflexionó.

Como “El Quijote”, considerada la primera novela moderna. Goytisolo confesó haberla paladeado en cuatro ocasiones -a los 25, 40, 60 y 80 años- y haber encontrado “un libro distinto” en cada lectura.

“Ajena a toda manipulación y teatro de títeres, la verdadera obra de arte no tiene prisas: puede dormir durante décadas como “La regenta”, o durante siglos, como “La lozana andaluza”, expresó citando sus otras dos obras de referencia.

El galardonado abogó por dar a conocer los “episodios oscuros” de la vida de Cervantes en vez de “empecinarse en desenterrar” sus huesos, cuya búqueda arrancó hace más de un año en el convento de Madrid donde fue enterrado hace casi cuatro siglos.

Enumeró las “estrecheces y miserias” que sufrió el autor de “El Quijote” durante su vida, ajeno a la “dimensión sin fronteras ni épocas” que alcanzaría su obra más universal, sin olvidar las que hoy tienen lugar en el mundo y en España.

“Más del 20 por ciento de los niños de nuestra Marca España vive hoy bajo el umbral de la pobreza, una cifra con todo inferior a la del nivel del paro (desempleo). Las razones para indignarse son múltiples y el escritor no puede ignorarlas sin traicionarse a sí mismo”, afirmó.

Ataviado con traje de color tostado y corbata en tonos verdes, y “abrumado” por los homenajes recibidos estos días, Goytisolo cumplió su promesa de no vestir chaqué para recoger el Cervantes, otorgado desde 1976 por el Ministerio de Cultura de España y dotado con 125.000 euros.

“Es absurdo pedirle a un viejo de 84 años que se disfrace”, había dicho antes a la prensa.

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