Daniel Wolf debuta en castellano como el «Ken Follett alemán»

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Por Elena Box (dpa)

Madrid, 18 jun (dpa) – El éxito que logró en su país con “La sal de la Tierra” hizo que muchos bautizaran a Daniel Wolf como el “Ken Follett” alemán. Ahora, consolidado en casa como uno de los autores de novela histórica con más empuje, debuta en las librerías de España y Latinoamérica con esta epopeya medieval que va camino de convertirse en una saga superventas.

Wolf, cuyo nombre de pila es en realidad Christoph Lode, lleva casi dos años escuchando la inevitable comparación con el famoso escritor británico y la que probablemente sea su obra más conocida, “Los pilares de la Tierra”. “Al principio me molestaba, aunque con el tiempo soy consciente de que hay ciertos paralelismos en la historia… Pero hay muchas diferencias, desde la estructura a la construcción de los personajes y que, para empezar, aquí no hay ninguna catedral”, cuenta en entrevista con dpa en un céntrico hotel de Madrid.

Comparaciones aparte, “La sal de la Tierra” (Grijalbo) narra los avatares del joven mercader de sal Michel de Fleury, que se ve obligado a hacerse cargo del negocio familiar tras la muerte de su padre. En una época en que la nobleza y el clero gravaban con impuestos abusivos a los comerciantes y establecían un rígido control sobre las aduanas, el protagonista decide hacer frente a los poderosos y emprende medidas revolucionarias que harán peligrar su vida y la de sus seres queridos.

A Wolf (Hochspeyer, 1977), que trabajó como profesor de música antes de dedicarse por completo a la escritura, la Historia, y en particular la Edad Media, le fascinaron desde niño. “Es lo que nos explica por qué estamos donde estamos, pero el Medievo nos resulta especialmente lejano”, declara en referencia a la mentalidad de la época, dominada por una profunda religiosidad y una concepción muy distinta del mundo.

Sin embargo, añade, no todo era tan oscuro como se pinta. “Hoy en día, los historiadores hablan de la época entre los siglos XII y XIII como un ‘pequeño Renacimiento'”, afirma. Hubo numerosos avances, desde la creación de las primeras escuelas al desarrollo de las ciudades o la expansión del comercio, que podría considerarse como una primera globalización a muy pequeña escala. Y es en esos tiempos de cambio donde se enmarca “La sal de la Tierra”, que tiene como escenario el Ducado de la Alta Lorena, perteneciente al entonces Sacro Imperio Romano Germánico.

Wolf tardó casi dos años en escribir esta novela que en Alemania ha vendido ya más de 225.000 ejemplares. Pasó muchos meses documentándose sobre cómo vivía la gente corriente, qué comían o qué ropa vestían, y cómo se comportaban frente a ellos los poderosos. El resultado de sus lecturas, entrevistas con historiadores y viajes a la región del río Mosela, en el actual noreste de Francia, se traduce en una cuidada ambientación que hace que “La sal de la Tierra” resulte también muy cinematográfica en términos visuales.

Sorprende, además de la fuerza del protagonista, el personaje de su amada Isabelle, una mujer independiente y adelantada a su tiempo. “Hay que tener claro que la Edad Media no fue precisamente la mejor época para ser mujer”, señala Wolf. “Estaban totalmente subyugadas a los hombres, su función era la de ser meramente esposas. Pero documentándome, y esto me parece fundamental, encontré que siempre hubo mujeres que, como Leonor de Aquitania o Hildegarda de Bingen, se rebelaron contra esta situación y lograron hacerse valer.”

Aunque en Alemania ya ha salido a la venta la segunda parte de esta saga familiar, que lleva por título “Das Licht der Welt” (La luz del mundo), a Wolf no le gusta el concepto de trilogía. “No sé si en algún momento escribiré una cuarta y, además, me gusta que los libros puedan leerse de manera independiente”, explica. “Para leer “Das Licht der Welt’ no hace falta conocer ‘La sal de la Tierra’, aunque tengan personajes en común y estén enmarcados en la misma ciudad.

Por último, preguntado por el mediático final de la quinta temporada de la serie “Juego de Tronos”, que como las novelas de George R.R. Martin aborda la historia desde un punto de vista fantástico, sostiene que le parece “de lo mejor que hay hoy en día en el sector del entretenimiento”. Eso sí, “es importante que se vea como lo que es, pura fantasía”. A él le apasiona esa mezcla, que ha abordado en novelas anteriores, y no cree que los elementos fantásticos puedan confundir al lector.

“No hay que subestimar a los lectores ni al público”, señala, “pues son capaces de distinguir perfectamente entre lo históricamente verosímil y lo fantástico”. En cualquier caso, añade, “quien se crea al pie de la letra todo lo que ve en televisión, tiene un problema”.

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