San José, 3 abr (elmundo.cr) – El uso de vapeadores en personas estudiantes de secundaria, es una realidad cada vez más frecuente, pero incluso se han identificado casos entre niñas y niños de 10 años.
Así lo afirman profesionales en Orientación, quienes hacen un llamado a las personas encargadas legales y a los centros educativos, para que se mantengan atentos a este fenómeno social.
Aunado a lo anterior, las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud estiman que 9 de cada 10 personas fumadoras de vapeadores, comienzan antes de los 18 años.
Zeanne González Palacios, representante del Colegio de Profesionales en Orientación y funcionaria de Casa JAGUAR del IAFA, explica que “lamentablemente identificamos personas consumidoras en la población de menores de edad, debido muchas veces a información sesgada que les hace creer que estos dispositivos electrónicos son totalmente inofensivos”.
La vocera afirma que los vapeadores son fáciles de ingresar de manera oculta a los hogares o centros educativos, debido a que por sus distintas presentaciones se pueden encubrir y llegar a confundirse con objetos como lapiceros o llaves maya.
“La industria tabacalera, ha utilizado la mercadotecnia a su favor y ha logrado atraer a las personas menores de edad al uso de vapeadores mediante la utilización de tecnología, diseños con colores juveniles y con diversos aromas y sabores artificiales como fresa, canela, melón, cereza y muchos otros”, asegura González
Por otro lado, las redes sociales, mediante el humo digital, promueve el vapeo como una manera para alcanzar estatus social, aceptación por el grupo de amigos y amigas e incluso como una manera idónea para alcanzar la felicidad.
El vapeo es una práctica que se caracteriza por la inhalación de un vapor caliente en forma de aerosol que daña la salud, tanto de la persona consumidora, como también de quienes se ubican cerca y asumen el rol de persona consumidora pasiva.
La experta hace énfasis en que el vapeo libera altos niveles de nicotina o marihuana, lo que hace que el producto sea altamente adictivo. Por esta razón, el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia, la Caja de Seguro Social y diversas entidades internacionales no avalan este dispositivo, como una herramienta para sustituir el cigarrillo de combustible tradicional.
Aunque la persona consumidora no incluya en el dispositivo las dos sustancias psicoactivas anteriores, su daño a la salud sigue siendo una constante, debido a la presencia de disolventes que son utilizados en pinturas como Elilenglicol y Propiletilenglicol y metales como Cromo, Zinc y Manganeso.
Algunos profesionales en Orientación consultados, indican que, aunque existe la ley 10066 que se encarga de regular todos los dispositivos con o sin nicotina, es usual que no se informe a la persona consumidora sobre las sustancias y químicos existentes en el dispositivo.
También comentan sobre la venta libre de vapeadores en comercios de abarrotes y plataformas virtuales de alimentos, en donde de forma encubierta, el estudiantado obtiene los artículos desde los centros educativos. Otras formas que las personas menores de edad utilizan para obtener estos dispositivos es por medio de amistades o familiares con mayoría de edad.
La orientadora Zeanne González, asegura que “estudios recientes, revelan que el vapeo afecta significativamente a largo plazo en el desarrollo del cerebro de las personas menores de edad. Además, provoca inflamación en los pulmones lo que puede provocar dificultad para respirar”.
De hecho a finales del año anterior, el Ministerio de Salud dio a conocer el primer caso del síndrome pulmonar asociado al cigarrillo electrónico o vapeo que mantuvo a un adolescente de 16 años en una unidad de cuidados intensivos requiriendo de ventilación asistida por 29 días.
Ante esta realidad, las personas profesionales en Orientación, recomiendan a las madres y padres de familia, así como al personal docente, informarse adecuadamente sobre el tema y establecer una comunicación preventiva, conversando de manera abierta y natural sobre la importancia de mantener hábitos saludables.
En caso de detectar consumo en una persona menor de edad, se sugiere evitar satanizar o minimizar la situación. En este caso, se debe contactar de inmediato a especialistas del IAFA o la CCSS, a fin de obtener la valoración y la atención respectiva.
El IAFA en la VI Encuesta Nacional sobre Consumo de Sustancias Psicoactivas en Población de Estudiantes de Educación Secundaria en Costa Rica 2023, determinó que 131 estudiantes de cada mil admitieron haber utilizado vapeadores alguna vez.