
San José, 19 nov (elmundo.cr)- El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) aseguró en una conversación con EL MUNDO, que en Costa Rica es “imposible” un fraude electoral, debido a una serie de controles cruzados que vienen siendo una especie de candado inquebrantable.
Y es que el candidato presidencial del Partido Integración Nacional (PIN), Juan Diego Castro, el pasado 18 de noviembre, hizo un llamado a la ciudadanía para que se prepare a enfrentar el “mayor fraude electoral”, sin aportar pruebas hasta el momento de sus afirmaciones.
En esa oportunidad, el abogado señaló que el “fraude electoral” sería planeado por la corrupción, por lo que le pidió a la población organizarse para “derrotar a los partidos corruptos”.
Ayer, nuevamente, el candidato del PIN manifestó que la “campaña mafiosa, la propaganda del miedo, de los Arias y Álvarez, es solo el presagio de la conspiración de fraude electoral jamás planeada en Costa Rica”.
“La corrupción de los partidos políticos ya muestra sus colmillos y garras para aterrorizarnos. Hoy debemos poner mucha atención a esos síntomas, estar alertas frente a la desinformación y sobre todo juntarnos y prepararnos para librar la gran batalla electoral del 4 de febrero”, dijo.
En términos generales, el TSE argumentó que hay una “elevadísima credibilidad” en la entidad la cual no es gratuita, ya que a la sociedad costarricense le ha “costado mucho” construir la fortaleza institucional.
Aunado a ello, el asesor de la Gestión Política Institucional del TSE, Gustavo Román, “sin temor a exagerar”, recalcó que en Costa Rica es “imposible” el fraude electoral.
“Reafirmar una vez para tranquilidad de la ciudadanía lo que la gran mayoría de personas en Costa Rica ya saben, y es que el proceso electoral en el país es transparente, es confiable, y así lo demuestran los estudios de opinión sistemáticamente de todas las casas encuestadoras.
“Fraude electoral significa torcer la voluntad popular, que el candidato más votado sea el X y el resultado ponga como ganador al candidato Y. Eso es imposible por una serie de controles cruzados, una especie de candado que nadie puede abrir”, comentó.
Román insistió en que existen diversos mecanismos de control para blindar y proteger los elementos delicados del proceso electoral, que van desde el momento del diseño de las papeletas, hasta el días de las elecciones cuando las juntas receptoras de votos devuelven el material.
Posterior a esa fase, en la propia entidad y frente a los fiscales partidarios, se hace el escrutinio de todo ese material.
El funcionario del TSE no se refirió en concreto a las aseveraciones de Castro, puesto que la institución tiene una máxima en cuanto a no valorar o emitir opiniones respecto a declaraciones de los candidatos presidenciales.
Sin embargo, sí dejó claro que este es un proceso en el que se involucran más de 80 mil personas; representantes de todos los partidos políticos, observadores nacionales e internacionales y funcionarios del Tribunal.
“No hay una sola fase que ocurra en la oscuridad o fuera de la mirada de la ciudadanía. Es más, los fiscales partidarios tienen la posibilidad de obtener certificaciones de todo ese proceso, por lo que es imposible hacer un fraude electoral”, externó.
EL MUNDO solicitó un espacio para hoy, en aras de conversar con Castro acerca del supuesto fraude electoral que podría avecinarse en esta campaña política, empero, por el momento no se ha dado respuesta a la petición.
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