Proyecto apoya siembra de jocote en asocio con café

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San José, 6 ago (elmundo.cr) – El jocote adquirió una connotada importancia económica para los productores de la parte Central Sur de Costa Rica, especialmente en los cantones de Acosta y Aserrí por el aumento del consumo como fruta fresca y, dado el impacto de daño por la mosca de la fruta, el Servicio Fitosanitario del Estado (SFE) implementará una estrategia de manejo integrado de esta plaga.

El jocote se caracteriza porque los productores utilizan los árboles como medio de sombra en los cafetales, generando con esto una doble actividad. Este sistema de producción de forma asociada (jocote – café) ha sido muy beneficioso para los productores.

Se estima que existe una siembra de aproximadamente 700 hectáreas, alrededor de 30.000 árboles, las cuales producen 2,5 millones de kilogramos al año. Las principales plantaciones de jocote están distribuidas en 350 parcelas en los distritos de La Uruca, Santa Marta y Jocotal, cuyas áreas oscilan entre 0.5 y 6 hectáreas, afirmó Leda Madrigal, encargada de Departamento de Biotecnología, SFE.

La principal plaga en el jocote es la mosca de la fruta Anastrepha oblicua. Uno de los factores que influyen como disparador de las poblaciones de la plaga en las áreas jocoteras son los árboles de mango que se ubican alrededor de éstas, ya que actúan como hospedante primario, donde originalmente se reproduce la mosca que luego se traslada al jocote, donde incrementan su población hasta alcanzar niveles muy altos. Una hembra adulta puede llegar a poner entre 600 a 800 huevecillos.

Según cifras del MAG, en tiempos de precios bajos se ha llegado a perder cerca de un 40% a un 60% de la cosecha de jocote, lo que provoca que los productores dejen la fruta en los árboles, favoreciendo con ello el incremento de las poblaciones de la mosca.

Los trabajos de monitoreo y muestreo de frutos realizados por la Agencia de Extensión Agropecuaria (AEA) de Aserrí, en coordinación con el Programa Nacional de Mosca de la Fruta, del SFE, en las áreas afectadas, sirvieron para dimensionar la problemática de la mosca de la fruta y establecer una estrategia de control, con el objetivo de disminuir las poblaciones y, por ende, las pérdidas ocasionadas por esta plaga.

La estrategia se basa en la aplicación de métodos de control compatibles con la conservación del medio ambiente, de bajo costo y sostenibles en el tiempo, con el propósito de reducir los niveles de la plaga. Se espera que una vez que el productor incorpore las técnicas pueda controlar adecuadamente las plagas sin el uso de pesticidas, con efecto positivo en la salud humana, el ecosistema y la parte financiera.

Los especialistas del SFE hacen un llamado a los productores para que recolecten los frutos caídos y eliminen toda fruta madura del árbol a la hora de cosechar, para evitar el aumento de la plaga. “Esta práctica puede lograr una gran disminución de pérdidas. Los frutos dañados que se recojan se colocan en bolsas plásticas de color negro y se exponen al sol por un mínimo de 3 días, suficiente para que las temperaturas alcanzadas dentro de la bolsa eliminen las larvas, pupas y adultos”, agregó Madrigal.

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