San José, 23 set (elmundo.cr) – Para el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA) se ha evidenciado que los aspectos que generan vulnerabilidad a la mujer ante situaciones de consumo de fármacos están asociados a problemas hormonales, ciclo menstrual, fertilidad, el embarazo, la lactancia, depresión postparto y menopausia.
En la actualidad existe una tendencia en las mujeres que las motivan a iniciar o mantener el consumo de las sustancias psicoactivas tales como control de peso, obtener mayor energía para combatir el cansancio, manejar las situaciones de estrés, así como la auto mediación para tratar los problemas de salud mental.
Para Paula Picado, Terapista en Adicciones del IAFA “en la práctica clínica se ha detectado que tiene una gran influencia las relaciones de pareja, que en muchas ocasiones por tanto se convierte en un factor precipitante sin dejar de lado su historia longitudinal que las han llevado a esa situación”
Según el NIDA (2019) “las mujeres consumen menores cantidades de ciertas drogas durante menos tiempo antes de volverse dependientes.” Por otra parte “las hormonas sexuales pueden hacer que las mujeres sean más sensibles que los hombres a los efectos de ciertas drogas”; aspecto que es de gran relevancia para ser tomado en cuenta durante el proceso de recuperación, dado que es uno de los factores que si no se toman en cuenta puede ser un factor de riesgo y propiciar la recaída.
Es importante recalcar que los cambios que ocurren en el cerebro de las mujeres que consumen drogas pueden ser diferentes a los cambios que ocurren en el cerebro de los hombres; las mujeres pueden tener mayor probabilidad de ir a la sala de emergencias o morir por una sobredosis u otros efectos de ciertas drogas; además las mujeres que consumen ciertas drogas pueden ser más propensas a sufrir ataques de pánico, ansiedad o depresión.
“El aumento del consumo de sustancias en las mujeres, especialmente el mal uso de los medicamentos recetados se debe a la presión social, a la limitación de oportunidades para promover un estilo de vida saludable, deficiencia para alcanzar una salud financiera, limitación para establecer patrones de crianza alternativos donde los retos de la vida cotidiana realmente se convirtieran en oportunidades y no en un desgaste cognitivo”, añade Picado.
IAFA por medio de sus programas busca promover estilos de vida saludables en las mujeres, brindarles herramientas y fortalecer las redes de apoyo que les permitan establecer patrones de interacción sanos; lo que implica evitar la automedicación y el mal uso de los fármacos.