San José, 17 ene (elmundo.cr) – El exministro de Educación, Leonardo Garnier, criticó severamente al Gobierno de Rodrigo Chaves por lo que calificó como un desinterés deliberado en priorizar la educación en Costa Rica.
A través de un análisis respaldado por datos históricos, Garnier señaló que la inversión educativa ha sufrido una caída drástica, situándose en niveles de hace dos décadas.
“No es que no pueden. Chaves y Nogui NO QUIEREN financiar la educación”, afirmó Garnier, haciendo énfasis en que el retroceso no se debe a limitaciones económicas, sino a decisiones políticas que han priorizado otras áreas.
El exministro destacó que en 2006 Costa Rica invertía un 5% del PIB en educación, cifra que fue aumentando gradualmente hasta alcanzar un 7,4% en 2017, con una meta clara hacia el 8%.
“Esto permitió invertir en infraestructura y docentes para zonas rurales y alejadas, fortalecer programas de equidad – comedores, transporte, becas de Avancemos -, mejorar el equipamiento de los centros educativos y aumentar la remuneración docente”, explicó.
Gracias a estas políticas, señaló Garnier, se logró una notable inclusión de estudiantes provenientes de familias de menores ingresos y zonas rurales, reduciendo las inequidades educativas históricas del país.
“Esto también se ilustra en un par de gráficos en los comentarios”, agregó, refiriéndose a datos que compartió como evidencia.
Sin embargo, Garnier lamentó que la inversión comenzó a disminuir en años recientes y se desplomó durante la administración actual.
“Este año invertiremos apenas un 4,9% del PIB en educación: ¡menos que hace veinte años!”, denunció, calificando este recorte como una decisión miope que “maquilla las estadísticas fiscales sacrificando la educación”.
El exministro fue contundente al calificar esta situación como un grave error para el futuro del país. “¡Recortar la inversión educativa es perverso, pero además es insensato: cercena las oportunidades de quienes más necesitan esa educación e hipoteca el futuro del país!”, concluyó, haciendo un llamado a repensar las prioridades nacionales y a garantizar el financiamiento de un derecho tan esencial como la educación.