San José, 22 oct (elmundo.cr)- Jess Márquez Gaspar, un hombre trans venezolano residente en el país, denunció este martes que fue discriminado por razón de su identidad de género en el Ministerio de Obras Públicas y Transporte (MOPT).
Según relató en Facebook, Márquez Gaspar se dirigió a esa institución para renovar su licencia de conducir de Venezuela y los funcionarios lo trataron mal alegando que él no era la misma persona que consta en la licencia, dado que lo presenta como mujer y con otro nombre, y su cédula de residencia costarricense desde el 29 de abril lo presenta como hombre.
“Me exigieron que presentara una certificación de la Embajada de Venezuela, que se encuentra cerrada desde el 9 de octubre y no está prestando servicios, y aunque les expliqué esto, les mostré el documento de aprobación de mi cambio de nombre y corrección del género de Migración, y el comunicado del cierre de la embajada, se negaron a homologarme, me insultaron nuevamente y me dijeron que no me harían el trámite”, agregó el también periodista.
Además, procedió a interponer denuncias formales ante la Contraloría de Servicios del MOPT y la Defensoría de Los Habitantes.
Decretos que lo respaldan
El decreto 38999 “Política del Poder Ejecutivo para erradicar de sus instituciones la discriminación hacia la población LGBTI”, del 2015, declaró a la Presidencia de la República y a los ministerios de gobierno como instituciones que respetan y promueven los derechos humanos y, por ende, libres de discriminación hacia la población sexualmente diversa.
Por último, firmado a finales del año anterior, está el decreto 41173 “Adecuación de trámites, documentos y registros al reconocimiento del derecho a la identidad sexual y de género”, que obliga a los entes estatales a modificar los documentos, trámites y registros internos de las personas trans que deseen cambiar su nombre, fotografía, sexo o género.
“Con esta, son 9 las denuncias que he presentado por discriminación transfóbica y xenofóbica desde Transcendentes sólo de situaciones de las que yo he sido víctima. Ser trans en Costa Rica es una batalla constante e injusta”, concluyó.
