San José, 30 set (elmundo.cr) – El 4 de octubre del 2000, se declaró a Costa Rica libre de gusano barrenador, cuyo costo de erradicación se estimó en más $50 millones. Esto gracias a un convenio de cooperación entre los países centroamericanos y los Estados Unidos.
El gusano barrenador es la larva de una mosca que pone sus huevecillos en cualquier herida abierta de un animal de sangre caliente, incluido el humano. Horas después de que se han depositados los huevos, nacen las larvas las cuales se alimentan del tejido vivo hasta llegar a los órganos vitales como hígado, bazo o riñones, entre otros, hasta causar la muerte.
El gusano barrenador del ganado se erradicó primero en Norte América (Estados Unidos, en 1966 y México en 1991). Posteriormente se planteó erradicarlo de Centroamérica hasta la barrera permanente del tapón del Darién, frontera con Colombia y así se hizo en Guatemala (1994), Belice y El Salvador (1995), Honduras (1996), Nicaragua (1998), Costa Rica (2000) y Panamá (2004). América del Sur aún se encuentra naturalmente infestada.
En Costa Rica el programa de erradicación tuvo un costo aproximado de $41,5 millones y el beneficio por estar libre de esta plaga sobrepasaría el estimado de $50 millones anuales. Además, la Corporación Nacional de Fomento Ganadero (Corfoga) aportó recursos para la compra insumos destinados a combartir esta plaga; el convenio terminó con la actualización del censo ganadero nacional a finales del 2000.
Dicha erradicación se dio gracias al Programa Gusano Barrenador -Vigilancia Epidemiológica, el cual fue parte de los Programas del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), fortalecido mediante un acuerdo cooperativo entre los gobiernos de Costa Rica y los Estados Unidos de América.
El médico veterinario Rafael Vindas, hoy decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional (UNA), y entonces director regional de Operaciones de Campo del Programa, recordó que el personal bajo su responsabilidad vigiló las gusaneras en los animales de sangre caliente, incluyendo al humano, ya que una vez erradicado del país, fue necesario descartar la re-infestación, así como observar la inexistencia de enfermedades acordadas por ambos gobiernos, que afectan la salud pública y animal.
La erradicación consiste en eliminar por completo una especie de una zona, un país o una región, mientras que el control se centra en disminuir la población, dado que la mayoría de plagas se puede controlar (por ejemplo la mosca doméstica, las pulgas y garrapatas o el mosquito aedes aegypti), pero muy pocas se han logrado erradicar.
Fulminantes rayos gama
Vindas explicó que el éxito con la erradicación del gusano barrenador obedeció a la técnica implementada en los Estados Unidos de irradiar con rayos gama la pupa (saco de protección donde madura la larva para pasar a la forma adulta). Los estadounidenses descubrieron que al aplicar esta técnica la mosca adulta mantenía sus instintos sexuales de reproducción, pero quedaba estéril; es decir, que los huevos no eclosionaban. Lo mismo ocurría cuando un macho estéril copulaba a una hembra fértil, pues los huevos se mantenían infértiles.
Para erradicar la plaga en Costa Rica, Vindas explicó que en Estados Unidos, México y Panamá se construyeron plantas, bajo un nivel II de bioseguridad, con el objetivo de reproducir moscas estériles que su dispersaban, hasta erradicar y garantizar ahorros y beneficios anuales mayores de $1.300 millones en la región de Norte y Centroamérica.
La labor consistía, agregó el especialista, en dispersar las moscas por todo el país cada semana, desde las plantas construidas en México y Panamá. Las moscas se mantenían en estado de letargo en cámaras de frío, se cargaban en avionetas y se dispersaban por todo el país en líneas de dispersión con coordenadas establecidas por los expertos. Puerto Jiménez, Golfito y Upala fueron los lugares con mayor dificultad de erradicación; la última muestra positiva se colectó en la Península de Nicoya el 22 de junio de 1999.
Para fortalecer la vigilancia, en Costa Rica se ubicaron cuatro puestos de inspección de animales que trabajaron las 24 horas durante casi un año. En ese lapso se revisaron y trataron 41.838 animales en tránsito, cubriendo heridas con una pasta a base de coumaphos. Además, se recuperó y remodeló la estación de Salud Animal de Paso Canoas, como punto estratégico, donde se construyó un corral de inspección de animales.