Generación Distribuida: el aliado de Costa Rica ante el reto de transición energética

San José, 10 jun (elmundo.cr) – Costa Rica enfrenta el desafío de diversificar su matriz energética y fortalecer la resiliencia ante el cambio climático.

La Generación Distributiva y el almacenamiento de energía, junto con la inversión privada, son elementos centrales en la estrategia nacional para la transición energética.

Según los más recientes estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), nuestro país mantiene una matriz eléctrica predominantemente limpia, con un 70% de su electricidad proveniente de fuentes hidroeléctricas. No obstante, es afectada por la creciente frecuencia de sequías estacionales impactando la disponibilidad eléctrica, lo que exige una diversificación urgente del sistema eléctrico nacional.

La OCDE señala que el país tiene un “potencial energético sin explotar” en fuentes como la energía solar, eólica y geotérmica. Sin embargo, advierte que el marco regulatorio actual limita la participación privada y extranjera en el sector eléctrico, restringiendo el aporte de generación privada, y obligando a los generadores independientes a vender exclusivamente a la empresa estatal, situación que se ha replicado en la generación distribuida donde señala el organismo internacional que, de reducirse la tarifa a la generación solar “haría que la energía renovable fuera más asequible para los consumidores y fomentaría un uso más generalizado de la energía solar”.

Sobre este punto, la directora ejecutiva de la Cámara de Generación Distribuida de Costa Rica, Susana Rodríguez, explicó que es fundamental para el país liberar ese potencial, a través de la promoción de reformas que abran el mercado, reduzcan barreras regulatorias y fortalezcan el acceso ciudadano a tecnologías limpias descentralizadas.

Además, el estudio de la OCDE destaca que la electrificación del transporte –que hoy representa más del 50% de las emisiones de carbono del país– cuadruplicará la demanda energética al 2050. Este dato refuerza el argumento de que apostar por una red inteligente, flexible y distribuida no es opcional, sino urgente.

Para la Cámara de Generación Distribuida, estos hallazgos ratifican la urgencia de avanzar hacia una economía renovable, donde los residuos se conviertan en recursos y donde las comunidades se transformen en productoras de energía limpia, fortaleciendo al mismo tiempo la resiliencia territorial y la soberanía energética.

En sus recomendaciones, la OCDE es contundente: se debe transferir la planificación eléctrica a un ente independiente, eliminar las barreras a la inversión privada y extranjera, y diseñar una estrategia de expansión renovable de mediano plazo. “Todas las recomendaciones de la OCDE sobre la situación y seguridad energética del país están en línea con la hoja de ruta impulsada por la Cámara, que busca democratizar el acceso a energías limpias mediante soluciones locales, participativas y con visión de futuro”, afirmó Rodríguez.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Generación Distribuida, Jan Borchgrevink considera que el camino hacia una economía verde ya está trazado.

“Lo que se requiere es decisión política, articulación público-privada, y un marco normativo que permita a Costa Rica aprovechar su ventaja histórica en sostenibilidad. La generación distribuida no es solo parte de la solución: es el núcleo del nuevo modelo energético que el país necesita”, aseguró.

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