San José, 20 may (elmundo.cr) – La Fundación Arias para la Paz y el Porgreso Humano alzó la voz para denunciar como la dictadura Ortega-Murillo está aprovechado la pandemia del COVID-19 para provocar un genocidio impulsado por una negligencia criminal.
Lina Barrantes Castegnaro, directora de la Fundación Arias, hizo un llamado a la comunidad internacional para tomar medidas tendientes a proteger a la población civil y no hacer oídos sordos ante una tragedia real que ocasionará miles de muertes en pocos meses.
Barrantes señaló que “el presidente Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo recibieron la pandemia diciendo que las fronteras del país estaban blindadas por la protección divina. Para mostrar ese blindaje, convocaron a festivales, fiestas populares, manifestaciones, y turistas”.
“El resultado de sus acciones es que se calcula que morirán, según las proyecciones de esta mañana expuestas por el epidemiólogo Yayo Vicente, 265 mil nicaraguenses”, recalcó la directora de la Fundación Arias.
La socióloga Elvira Cuadra dejó en evidencia como la banalización de la muerte se ha convertido en una estrategia de control político, una necropolítica evidente.
Cuadra indicó que “obligan al personal de salud a no protegerse, a no usar mascarillas, ni batas ni ningún tipo de equipo de protección, lo que ha ocasionado un aumento en el contagio de los profesionales de salud e incluso su muerte”.
“En este momento, cuando en Nicaragua se está dando un incremento de la curva de contagio, gran cantidad de personal de salud está contagiado o ha fallecido y no lo dicen”, denunció la socióloga nicaragüense.
Francisco Aguilar, experto en derechos humanos, explicó que en Nicaragua se da un genocidio por negligencia calculada y recalcó que Costa Rica como nación tiene una responsabilidad de proteger la población del país vecino.
“Nuestro deber como costarricenses para con el pueblo nicaraguense es darles todo el apoyo necesario. No es posible que se esté dejando morir a la gente y se escondan los datos”, concluyó.